El talento de María Cobas se sirve también en inglés

La artista María Cobas sale a encontrarse con la calle. Desde hace unos meses tiene en un bajo de General Aleson su campamento base. Desde allí, proyecta su obra al exterior. El local es escaparate, pero también centro de reuniones con los pequeños locos bajitos que tienen afición al pincel. Entre otras opciones, Cobas imparte clases de pintura en inglés.
Dice que es más fácil de lo que parece porque “hacemos temáticas, les dejo que pinten libremente y les explico lo que plasman en inglés”. De esta forma,”hacen oído” que es lo más importante cuando no hay la posibilidad de practicar en el país anglosajón: “Es muy difícil hablar una lengua a distancia”. Y resulta que alguno de sus pupilos ya le contesta con el verbo “to be”. En este sentido, la coruñesa propone un tema y los niños lo interpretan a su manera.
Sin cortapisas, Cobas les invita a “escupir” libremente lo que les sugiere, por ejemplo, el océano. Y todo fluye entre pescados y rocas con acento británico. No da los cursos a más de cinco o seis personas porque el resultado es muy distinto si uno no está tan encima.
Su oferta formativa también toca al público adulto. Dos días a la semana, los agrupa por edades para transmitir lo que lleva haciendo toda la vida. Así sortea la crisis. Con las clases, la joven de 32 años puede capear el temporal.
Además, las figuras que la vigilan en su estudio viajan por el mundo en exposiciones donde la mujer exporta su lugar de origen y A Coruña vuela hasta Milán como lo hizo en el mes de diciembre. La idea es que sus cuadros compartan espacio con los de autores conocidos, contactos que fue sumando al carro cuando estaba fuera.
De 09.30 a 14.00 horas, el curioso se puede detener a contemplar su ejército de lienzos en el bajo de la Ciudad Vieja. Los lunes y miércoles, la galería abre de 17.00 a 19.30 horas. Ahora que lleva cinco años en casa, María es consciente de lo difícil que es poder vivir de lo que le gusta. Aparejadora, además de artista, Cobas busca un hueco en el mercado.

mujeres
Lo intenta a través de acrílicos sobre maderas, óleos de mujeres que miran de lado, pero penetran igual, sirenas con peces en la cabeza, marionetas y pescadores. La mayor parte en movimiento. Para refugiarse en el dibujo, donde sus personajes son más delicados si cabe.
En este aspecto, asegura que hace lo que lleva dentro. Con la idea de seguir creciendo como creadora, la galería es una ventana por donde ver lo que plasma. Que es el hándicap de muchos de los de su raza.
La mayoría no tienen oportunidades para enseñar lo que engendran en sus estudios. Y solo un golpe de suerte les permite conectar con el espectador: “Estaba en casa trabajando y decidí salir para que me vean porque si no lo haces tú, nadie va a tirar de ti”, señala.
En la página web www.mariacobas.com, uno puede peinar su colección de piezas. Espiar a todas esas personitas que salen de sus manos o incluso hacerse con una de ellas. Desde los 25 euros, el interesado tiene la opción de comprar alguna de sus láminas. Dentro de un universo de miradas que ella enfatiza con algo de color. Sutiles.