“Hay talento, pero la base es el oficio”

“Hay talento, pero la base es el oficio”
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Mamen Duch es en la obra “Mujeres como yo” (hoy y mañana a las 20.30 horas en el teatro Colón), una bióloga que trabaja en un peaje de autopista hasta que un buen día le abre la barrera a un joven del que se enamora. Y aunque sus compañeras de reparto le advierten que durarán dos días, ella le pone a la ensalada de personajes el toque ingenuo para completar el retrato de la generación de mujeres que coquetea con los 50, “preparadas y con carrera, pero que no encuentran de lo suyo”.

Dice la actriz que todas tienen el denominador común de haberse imaginado un futuro más cómodo. Y el relato lo pinta un hombre, Pau Miró, que no solo se pone en la piel de que la gasta melena, sino que aborda el reto desde el punto del género negro y lo que parece ser una comedia al uso, se torna negra con la aparición de una trama paralela: “Los espectadores no se lo esperan”.

Mamen señala que las cuatro protagonistas hablan de un punto en que las mujeres desaparecen del mapa, aunque reconoce “que es algo que está empezando a cambiar”. La historia parte de la crisis en la que se mete una de ellas y cómo las demás la apoyan porque “con la amistad, siempre hay esperanza y puedes salir de cualquier agujero”. Mamen está segura que si uno se rodea de buena gente, las cosas cambian.

Después de haber puesto en el escenario a los veinteañeros con “Un refugio indio” y a los hombres que rozan los 60 en “Jugador”, el director y guionista se introduce en un terreno pantanoso para  rescatar a una generación perdida. De una segunda arqueóloga que friega suelos y de cuatro vidas atrapadas en el apartamento de un letrado muerto, que se fue sin que nadie reclamara su patrimonio.

Así es que en piso okupa, las catalanas harán reflexionar sobre el presente. Donde pocos se pueden dedicar a lo suyo. Para tomarlo con sentido del humor, que es una forma de quitarle hierro y de que la butaca acabe diciendo: “Pues al final no va a ser tan grave”. T de Teatre a punto está de cumplir 25 años juntas, desde que con un pie fuera de la escuela decidieron formarse en colectivo.

Duch comenta que “era muy difícil que nos llamaran para trabajar así que pensamos en hacerlo por nuestra cuenta”. Y con “Pequeños cuentos misóginos” arrancaron en esta historia para encontrar en “Hombres” un bombazo que pasearon por Madrid y Buenos Aires: “Nos fue muy bien e hicimos 900 funciones en tres años”.

Ahora llevan repertorio como se hacía antes así es que de sus nueve espectáculos, tienen en la mochila dos o tres que van desplegando según la demanda. Esta manera de trabajar suma puntos en una trayectoria donde “oficio tenemos bastante” porque “hay talento, pero la base es el oficio”.

Es por eso que después de conseguir el aplauso del público con la serie “Jet Lag”, que hizo rebotar a los espectadores televisivos al teatro, y de compaginar su función todoterreno en la compañía con la de actriz a las órdenes de otras agrupaciones, Mamen asegura que le gusta que le manden y vuelve con más fuerza a su casa.

“Hay talento, pero la base es el oficio”

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