El supuesto agresor del bar King fue localizado gracias a su teléfono móvil

Tres semanas tardó la Policía en localizar y detener al sospechoso del grave suceso que se vivió en agosto del año pasado en el controvertido bar King de la calle de Barcelona, donde un cliente fue degollado con un vaso roto a manos de otro habitual.
La pista la dio la señal del teléfono móvil del presunto autor de la agresión, que lo situó durante varios días en una vivienda cercana, que resultó ser de unos familiares. Este y algunos detalles más saldrán a la luz el próximo lunes en el juicio que enfrenta al detenido –hoy acusado– a una petición de condena de ocho años de prisión, más el pago de una multa y una indemnización de 10.000 euros por lo que la Fiscalía califica como un delito de homicidio en grado de tentativa.
Porque, tal como expone la acusación en el escrito que presentará en la Audiencia el lunes, si la víctima pudo sobrevivir fue gracias a los auxilios que recibió en el primer momento a manos del propietario del local y los clientes que se encontraban dentro y a la “rápida y eficaz” asistencia que se le prestó en el Chuac. “En otro caso, el fallecimiento se habría producido, dada la gravedad de las lesiones”, observa el fiscal.
El herido ingresó aquel mediodía en estado muy grave, con un profundo corte en el lado izquierdo del cuello que le seccionaba la vena yugular interna y fue sometido a una cirugía vascular de urgencia. Según las conclusiones de la Fiscalía, la lesión fue consecuencia del ataque de un conocido, con el que mantenía una tensa relación.
Siguiendo este relato de los hechos, cuando aquel mediodía entró en el bar King para comprar tabaco vio en la barra a la víctima, bebiendo un vino en un vaso de tubo, se le acercó y directamente cogió el vaso y lo golpeó con él en el cuello con violencia.
A este respecto, el escrito de calificación reseña que, de hecho, el hombre que ocupará el banquillo tenía prohibida la entrada en el bar por orden de un juez a consecuencia de un altercado previo, registrado seis meses antes. En este sentido, a la petición de condena por la tentativa de homicidio se une una segunda acusación, por un delito de quebrantamiento de medida cautelar, que puede significar una multa de hasta 3.000 euros. A ello suma el fiscal la petición de 10.000 euros en favor de la víctima, por la cicatriz de cinco centímetros que conserva en el cuello.