Sorprenden in fraganti a un ladrón que rompía a mazazos lunas en San Andrés

Sorprenden in fraganti a un ladrón que rompía a mazazos lunas en San Andrés
los vidrieros reparaban ayer los daños en nova colón quintana

“Lo cogieron justo cuando tenía la mitad del cuerpo dentro. Había metido la cabeza y el tronco cuando apareció la Policía Local”. Así describe José Vázquez el intento de robo que sufrió su local, la cafetería Calypso, situada en el cruce de las calles de la Alameda y San Andrés. El hombre que los agentes municipales sacaron del agujero que presentaba el escaparate roto resultó ser un individuo de 41 años al que identificaron como S.T.F., que poco antes había tratado de robar en una librería de la calle de los Olmos. El sujeto había sido descubierto por un coche patrulla cuando circulaba por la calle de San Andrés, minutos antes de las tres de la madrugada.

En ese momento los agentes consideraron la actitud del detenido sospechosa, por la forma en la que se encontraba en el escaparate del Calypso en la parte que da a la calle de la Alameda. Pero, en vez de detenerse en ese momento, decidieron pasar de largo y volver a pie. En el momento en el que se acercaban a la cafetería escucharon “un fuerte ruido de rotura de cristal”. Para entonces el sospechoso ya había intentaba entrar y los agentes tuvieron que sacarle antes de arrestarle.

“Yo me enteré porque saltó la alarma”, explicó Vázquez. Cuando llegó a su negocio descubrió los cristales rotos al otro extremo de la sala: “Se supone que usó un martillo para romperlo, porque es vidrio de 12 milímetros de espesor, pero todavía no lo han encontrado”.

 

primer intento

Minutos antes, el detenido habría tratado de robar en la librería Nova Colón, situada en la calle de los Olmos. Allí había sido la puerta acristalada la que había recibido los golpes de su mazo. La dueña, Begoña Varela, se enteró de lo ocurrido cuando llegó por la mañana a trabajar. “Me dijeron que ocurrió a las dos de la madrugada. Fue una casualidad que no hubiera nadie aquí a esa hora, porque estas son fechas de mucho trabajo y a veces hay que quedarse hasta tarde”.

Pero a pesar de que encontró la librería vacía, el ladrón no llegó a entrar en el establecimiento, porque los fuertes golpes que tuvo que dar para romper la puerta alarmaron a los vecinos, concretamente a uno del número nueve de esa misma calle, que fue el que dio la alarma. El delincuente no tuvo más remedio que darse a la fuga, aunque no tuvo tanta suerte en su segundo intento.

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