“Somos un grupo que por nuestro concepto no sonamos en la radio ni hacemos televisión”

“Somos un grupo que por nuestro concepto no sonamos en la radio ni hacemos televisión”
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Será la tercera visita en dos años de un grupo que viene de publicar la tercera entrega de “El Bolero”, donde se afianza en este estilo musical para hablar del amor y “de las necesidades básicas del género humano” porque todo el mundo se acuesta y se levanta y “no hay nadie en el mundo que no se haya enamorado”.
Café Quijano se define como una banda en la que funciona el boca a boca: “Por nuestro concepto no sonamos en la radio, ni hacemos televisión”. Así que es que de unos a otros se pasan la bola de que funcionan en directo, donde regalan tres horas. En ese tiempo, aseguran que hay más que música. También “interacción con el público y sensaciones”.
A Coruña no será una excepción. Los hermanos Quijano confiesan que aquí les tratan de forma muy cariñosa, que “hay un ambiente majo” y que del Colón solo tienen buenos recuerdos. Acaban de saltar el charco para fijar la cara b de su tour en un continente al que viajarán después del verano.
Entre medias, Óscar, Manuel y Raúl afirman que habrá más discos de boleros: “Nos sentimos cómodos”, pero no tienen ninguna intención de convertirse en Los Panchos españoles. Cuenta Manuel que desde siempre sonó  música cubana y latinoamericana en su casa, sobre todo de Méjico y que, de ahí, puede venir su inclinación por los boleros.
Aún así y después de compartir escenario hasta en tres ocasiones con ellos, explicaba el mayor de los hermanos que tienen otra forma de captar los temas y de armonizarlos, una manera diferente de hacer que les lleva a ofrecer un repertorio de temas propios y no trillar los clásicos. De esta forma, toman como un halago la comparación, pero entienden que están muy lejos de lo que se empezó a escuchar en los 40. Afirman que son muy jóvenes y que los tres trabajos bolerísticos lo demuestran.
Café Quijano trata de aportar buen rollo en los directos y transmitir a la butaca que “lo pasamos bomba”. Entre risas, se plantean cómo la gente puede aguantar un toma y daca durante tres horas sin marchar. Ya en serio, creen que es porque el público percibe su intención. Por eso, “lo pasan bien con una música tan pausada y tranquila”.
De los 21 conciertos realizados hasta la fecha, en 18 han tenido que colgar el cartel de “no quedan localidades”, algo que les llena de orgullo porque la única promoción es la del que se sienta a disfrutar y sale del auditorio contento. El del 1 de mayo será otra prueba de que Galicia les arropa desde que le cantaban a la “Lola” hasta hoy. Para cantarle al amor con sus celos, a la no correspondencia y a la locura. De sufrirlo y de vivirlo, dicen. Un sentimiento común a todos los que se colocan enfrente.

“Somos un grupo que por nuestro concepto no sonamos en la radio ni hacemos televisión”

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