Solo la mitad de los perros peligrosos se incluyen en el registro municipal

A las once de la noche del sábado pasado, una patrulla de la Policía Local identificó a un joven de 19 años que paseaba un perro de raza considerada potencialmente peligrosa por el parque de Santa Margarita sin bozal. No tenía licencia, seguro ni microchip identificador, así que fue denunciado. Fuentes municipales aseguran que no es un hecho excepcional: en A Coruña están registrados más de 350 perros de razas potencialmente peligrosas, pero se calcula que puede haber una cantidad igual de mascotas sin identificar. 
“No es que en A Coruña se incumpla especialmente la legislación, pero siempre encontramos infractores”, reconocen los agentes. Esto ocurre a todos los niveles. Por ejemplo, cuando se trata de recoger las deposiciones de los animales. 
Pero cuando se trata de estos perros clasificados como potencialmente peligrosos se encuentran ejemplares del dogo argentino, el perro de presa canario o el rottweiller, o aquellos que tienen un cruce en primera línea de una de esta razas, la infracción siempre es más grave. 
En realidad, nunca se sabe cuando un perro puede atacar. La semana pasada, un vecino de la ciudad fue herido en el tórax por su mascota mientras discutía con su madre. Una patrulla municipal lo descubrió sangrando en su portal y, sin duda, la herida hubiera podido ser más grave si la hubiera infligido uno de estos animales. “La mayoría tienen unos dientes que son como trampas, una vez muerden algo no lo sueltan”, recuerdan los agentes. 
Las asociaciones caninas recuerdan que, en realidad, estos perro no tienen instintos más agresivos que otros canes. Elena Castro, presidenta de Cancoruña, señala que depende sobre todo del ambiente en el que crezcan y de lo socializados que estén: “Un doberman puede ser un perro más cariñoso que un golden retriever que haya pasado por una mala experiencia”.
 Castro concuerda en que la administración municipal ignora el número de perros peligrosos que existen en la ciudad. “Pero no ocurre solo con estas razas. Hay una gran cantidad de animales sin el microchip obligatorio que hay que ponerle cuando cumple tres meses”, explica. 
Para Castro, las razones tras este incumplimiento masivo de las normas son el desconocimiento y el coste que supone. “Solo se puede solucionar con información, concienciación y tal vez con campañas de la administración para subvencionar los microchips”, explica la presidenta de Cancoruña. 

como tener un coche
Estar en posesión de un perro peligroso tiene muchos más requisitos. “Es un poco como tener un coche –explica un agente– hay que pasar un examen psicotécnico, pagar un seguro por hasta 125.000 euros y conseguir una autorización municipal”. También hay que presentar un certificado que pruebe que el dueño no tiene antecedentes de delitos violentos ni contra el medio ambiente.
“Normalmente, si incumplen una normativa, incumplen todas”, aseguran los policías.

Solo la mitad de los perros peligrosos se incluyen en el registro municipal

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