El solar abandonado de Vista Alegre causa una inundación en el bajo de al lado al canalizar la lluvia

En el número once de la calle de Cancela de Afuera siguen sufriendo problemas derivados de la obra abandonada que se encuentra al lado: durante el chaparrón del viernes, al agua de lluvia que se colaba desde el edificio consiguió filtrarse por la pared del bajo, inundando las oficinas que allí se encuentran. “Era un río. Tuvimos que sacar cubos de agua de aquí”, asegura Miguel Ángel García, portavoz de los afectados, que llevan años tratando que se solucione el problema.
Según García, las placas del edificio inacabado desviaban la lluvia contra la pared medianera, “que no es muy gruesa” y consiguieron erosionarla. “Afortunadamente, había gente en el interior y pudimos verlo a tiempo”, señala. De todos modos, ayer todavía eran visibles las señales en la pared a pesar de que los deshumidificadores habían funcionado a pleno rendimiento.
Además, no es el único problema que supone para los vecinos la acumulación de agua en el solar abandonado: los sótanos están totalmente anegados, con lo que el agua estancada se ha convertido en un criadero de mosquitos. “En invierno y en verano. Nos entran continuamente por la ventana”, asegura García.

Entradas selladas
Pero eso no significa que las cosas no hayan mejorado en las últimas semanas. La entidad propietaria, la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) a través de Servihábitat, procedió a limpiar el esqueleto del edificio de las toneladas de basura que se habían acumulado en él después de años de abandono y de haberse convertido en un refugio de indigentes. También se selló la entrada de Cancela de Afuera con una tapia, mientras que en el lado que da a Vista Alegre se instalará una puerta antiokupas.
“El otro día, uno de los okupas, borracho, se puso a gritar porque no podía entrar”, recuerda el afectado, que asegura que la Policía Nacional había tenido que acudir en varias ocasiones para hacer redadas allí debido al trapicheo de drogas. Por otro lado, no todos los inquilinos desagradables del número 17 de Vista Alegre han desaparecido: continúan habitándolo manadas de ratas.
Sin embargo, incluso la molestia generada por los roedores ha remitido. Antes se sentían atraídas por las comida abandonadas por los indigentes, pero desde que se limpió el solar, ya no tienen razones para criar allí. “Antes podías oírlas rondar debajo del tejado, incluso cuando estabas en casa. Daba miedo”, recuerda el afectado. Pero aún queda el problema de los mosquitos y la gran cantidad de agua estancada que albergan los sótanos del edificio.

Reacción política
Sin embargo, desde Servihábitat no están siendo muy receptivos. “Les hemos enviado un Burofax pidiendo que pongan fin a las filtraciones pero nos dicen que ellos no se encargan de eso”, se lamenta García que, por otro lado, alaba el comportamiento del Gobierno local. “Estamos muy contentos con la reacción de los políticos. Xiao Varela (el concejal de Regeneración Urbana) se puso en contacto conmigo dos veces”.
De hecho, el Ayuntamiento también se puso en comunicación con el Sareb para exigirles una solución al problema que llevaban arrastrando los vecinos durante años. Regeneración Urbana también caducó la licencia de construcción, que se remontaba al 31 de agosto de 2007.