Los siniestros por exceso de velocidad se multiplicaron por siete en un año

Los siniestros por exceso de velocidad se multiplicaron por siete en un año
La ronda de Monte Alto es la única vía de gran capacidad que existe en el barrio patricia g. fraga

Son raros los momentos y lugares dentro de la ciudad donde se puede pisar el acelerador. La mayor parte de los conductores están acostumbrados a moverse a ritmo pausado marcado por los semáforos y por el propio tráfico, cuando se condensa en las horas de más ajetreo. Pero siempre hay excepciones a la norma, y aquellos que se saltan las de tráfico y acaban implicados en un siniestro muchas veces han pisado de más. Las estadísticas municipales son rotundas: la Policía Local pasó de casi 50 casos de accidente por exceso de velocidad en 2014 a más de 350 en 2015.
Es un dato que pasa desapercibido en medio de los resultados positivos que, en general, arrojó el año pasado porque según las estadísticas de la Policía Local los siniestros en sí se redujeron, pasando de 943 a 909. Pero la influencia del exceso de velocidad en estos siniestros resulta muy significativa: la Unidad de Atestados de la Policía Local lo contabilizó en un 35% de los casos, cuando antes no llegaba ni al 5%, lo que indica una tendencia en alza dentro de un casco urbano, en contra de la tendencia que han tratado de implantar los sucesivos gobiernos locales, que reducen paulatinamente el límite de velocidad, llegando a situarse a 30 kilómetros por hora en algunas calles de barrio.

calles anchas
No es una coincidencia que las vías que concentran la siniestralidad sean aquellas anchas y rectas, de varios carriles de capacidad, que permiten acelerar al conductor. Por ejemplo, la ronda de Outeiro ocupa el primer puesto del ránking de siniestralidad y supera con mucho a cualquier otra, incluidas la avenida de Finisterre, la de Alfonso Molina, la ronda de Nelle o Juan Flórez, que soportan la mayor cantidad de tráfico y que tradicionalmente son escenarios de las colisiones con más frecuencia. La ronda de Outeiro tiene casi cuatro veces más accidentes que cualquiera de ellas, sobre todo ahora en la que la siniestralidad bajó en cualquiera de estas vías. Sin embargo, Alfonso Molina es donde más se redujeron los siniestros .
Las autoridades se afanan por poner coto a este problema. De hecho, durante los controles de velocidad del año pasado, se descubrieron más de 1.400 infractores, mientras que el año anterior solo fueron 979. En el lado positivo, se trata de infracciones administrativas. Es decir, que no superaba más de en un 10% la velocidad límite marcada en la vía y respetando el margen de error del radar, que ronda los ocho kilómetros por hora.

Los siniestros por exceso de velocidad se multiplicaron por siete en un año

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