Siempre es buen momento para emprender

Siempre es buen momento para emprender
Los nuevos negocios surgen en las calles principales pero también en las aledañas javier alborés

En A Coruña cualquier momento es bueno para convertirse en jefe, aunque solo sea de un mismo. Y más si se trata de ser emprendedor en la Zona Comercial Obelisco, que vuelve a vivir otro esplendor de aperturas. Si antes del verano se achacaban las inauguraciones al interés de los nuevos empresarios por aprovechar el tirón de la temporada de verano, este nuevo boom otoñal tiene menos explicación. Así, parece que muchos siguen buscando una respuesta a su particular crisis laboral y otros simplemente quieren sentir el placer de no tener a nadie que le mande.
“No hay una explicación especial, está el tema animado y unos abren y otros cierran porque es lo que toca”, afirma el presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor. La única solución que se le ocurre para el enigma es que la gente se esté preparando “con vistas a la Navidad”.
En Bailén está a punto de abrir una marisquería, en la cuesta que une la plaza de María Pita con San Agustín aterriza un spa oriental, junto a San Nicolás se abre una nueva agencia de viajes... Y a lo largo y ancho del entorno abren otros comercios y establecimientos de hostelería que, en su mayoría, buscan sorprender al público y animar al consumo con propuestas diferentes.
A pesar de esta retahíla de proyectos, Amor extiende esta dinámica al resto de la ciudad. “Sin echar cohetes parece que hay vida de nuevo; hay algo de ánimo y ganas de que vaya mejor”, comenta. Por ejemplo, respecto al Distrito Picasso opina que algunas personas están arriesgando porque confían en el tirón de la nueva macrotienda de Zara en la calle de Compostela. “Las grandes firmas se van del centro comercial y apuestan por la ciudad; se está recuperando el barrio”, añade.
Su homóloga en la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC), Mariló Fernández, coincide en señalar que se detecta “un repunte de establecimientos”, pero aún lo vincula a la necesidad de buscarse el pan que tienen muchos parados.
“No sirve de nada el repunte si en dos o tres años se cierran”, dice, y piensa en la estabilidad comercial que quizá den ideas como las ayuda al emprendimiento o la rebaja de la tasa de autónomos para arrancar.

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