Los servicios sociales trasladan a un refugio a la indigente de Las Esclavas

Los servicios sociales trasladan a un refugio a la indigente de Las Esclavas
Los operarios de Cespa se dedicaron a retirar toda la basura acumulada | patricia g. fraga

Tras cinco meses viviendo en Las Esclavas, Mercedes se ha marchado. La mujer de 58 años aceptó abandonar su casa, una tienda con un simple dosel de paraguas. Los Servicios Sociales se la llevaron por la mañana al Hogar Santa Lucía, después de meses de trabajo intentado convencerla que abandonara esa explanada abierta a los vientos húmedos y fríos del Atlántico. El viernes, según fuentes municipales, habían hecho un primer intento de llevársela, pero ella aún era reacia: tras la pausa del fin de semana, las trabajadoras municipales pudieron por fin vencer su resistencia a abandonar el que consideraba su casa junto al mar, por precaria que fuera.

Poco después de que se marchara, hicieron acto de presencia los servicios de limpieza municipales. Los operarios de Cespa arrojaron a un camión todos los paraguas que había recogido en la basura para formar la carpa bajo la que se cobijaba. Para entonces, ella ya se había llevado sus efectos personales.
Hasta ahora, Mercedes había aceptado muy poca ayuda. El Servicio Municipal de Atención a Urgencias Sociales (Semus) había mantenido una vigilancia constante sobre ella, como sobre el resto de las personas que viven en la calles de A Coruña. También otras entidades, como el proyecto Boanoite, del que se encarga el franciscano Natalio Saludes, que afirma que Mercedes “nunca admite nada”, ni siquiera mantas o una simple taza de chocolate caliente, como los que entregan a otros sin techo. Después de mucho hacerse rogar, el Día de Reyes aceptó un abrigo como regalo, lo que ya fue todo un triunfo.

Durante la alerta roja
A pesar de que el lugar no era más apropiado para dormir, sobre todo en invierno, no se podía obligar legalmente a Mercedes a abandonarlo. Y de hecho, solo se le pudo forzar a hacerlo en una ocasión; con la llegada de la alerta roja por temporal que azotó la ciudad el 17 de enero. Entonces el Semus la evacuó por su seguridad, puesto que su tienda de campaña a base de paraguas se encontraba dentro de la zona acotada por al cinta policial.
Sin embargo, en cuanto pudo, regresó: prefería vivir a su aire, aunque fuera helado. Por otro lado, ya estuvo en el Hogar Santa Lucía durante un tiempo, así que no se sabe cuándo volverá a abandonarlo. De momento, se encuentra bajo el paraguas de los Servicios Sociales.

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