Sencillas normas en la cocina que evitan una visita al hospital en verano

Sencillas normas en la cocina que evitan una visita al hospital en verano
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La listeriosis se ha convertido en un fenómeno nacional en los últimos días. Los 131 infectados por ingerir carne mechada en diferentes partes del país (y los 523 posibles casos aún por determinar) han encendido las alarmas ante la posibilidad de contraer una intoxicación alimenticia durante la época estival.

Este brote muestra una características bastante inusuales. Una alta mortalidad (30%), una baja cadencia de pacientes, cifrados en aproximadamente entre 2 y 7 por cada millón de habitantes y un periodo de incubación que puede prolongarse hasta un máximo de 5 semanas son algunas de sus peculiaridades. Sin embargo, la listeriosis no es la única intoxicación existente.

Son muchas y muy variadas las diferentes infecciones derivadas de la comida en mal estado. Para la mayoría parte de la población esto puede traducirse en síntomas similares a los de la gripe o una diarrea vírica, pero hay ciertos sectores de la población, como ancianos, embarazadas, recién nacidos o personas con inmunodeficiencias, que son más propensas a presentar problemas graves de salud al ingerir estos alimentos “contaminados”.

Normas en casa
La doctora María José Pereiro es la máxima responsable de Medicina Preventiva del Chuac. Pese a que asegura que no debemos “demonizar” ni entrar en una espiral de “pánico” ante brotes como el de la listeriosis y la carne mechada en mal estado, si que llama a mostrar máxima precaución cuando preparemos y consumamos alimentos, tanto en casa como fuera.

“Cuando nos hacemos la comida en nuestra casa hay una serie de norma que raramente cumplimos y que pueden evitar eficientemente la aparición de bacterias en los alimentos”, asegura Pereira. En palabras de la doctora, la limpieza, tanto de los alimentos como de los utensilios de cocina es imprescindible. “Lavarse las manos (muñecas incluidas), limpiar concienzudamente la superficie donde tratemos los alimentos y lavar los cubiertos entre que procesamos un alimento y otro son varios de los puntos fundamentales”. Si no se hace esto, la experta asegura que se forma un “caldo de cultivo perfecto” para la aparición de bacterias perjudiciales para la salud. “Si cortamos una fruta y con ese mismo cuchillo, sin lavarlo, quitamos el pellejo de un filete de pollo, nos estamos exponiendo a este tipo de cosas”.

Además, la carne cruda, tan común actualmente en el sushi o en las piezas cárnicas poco hechas, debe evitarse sobre todo en verano. “Debemos calentar todas las comidas hasta los 60º o 65º grados centígrados, sin olvidar el hacer las carnes en su totalidad. El calor evita su aparición”. Pereira también incide en la importancia de guardar los alimentos rápidamente en la nevera. “Cocinar los alimentos a altas temperaturas no impide que vuelvan a aparecer. Lo que cocinemos, al frigorífico lo más rápido posible”.

Varios son los alimentos que suelen atraer las bacterias. Lácteos, frutas, verduras, embutidos, ahumados, o el pollo o cerdo poco cocinados pueden ser origen de infecciones. Los huevos, siempre presentes en viajes a la playa en forma de tortilla, deben estar bien preparados, con la yema bien hecha. Otro clásico estival es la mayonesa casera. Ante la duda, mejor evitarla.

Dieta mediterránea
La especialista del hospital coruñés también recomienda qué comer. “La dieta Mediterránea es muy segura en términos bacterianos durante el verano. Los alimentos que compramos en locales de confianza y mercados certificados han pasado todos los controles establecidos por ley. Pero, y sin generalizar, debemos tener más cuidado en los puestos de las fiestas o de los festivales, donde no  estamos  seguros de su procedencia. El brote de listeriosis surge por una cadena de errores de baja probabilidad, por eso no hay que demonizar a una parte en concreto. Solo hay que fijarse y tener más cuidado”.

Por último María José Pereiro pide a los consumidores que sigan las instrucciones en los alimentos procesados, como los bricks de leche. “Los productores han hecho las pruebas pertinentes de seguridad alimenticia, así que debemos seguirlas con rigor. Si pone consumir antes de tres días, son tres días”.

 

PARA PREVENIR INTOXICACIONES

1. Lavarse las manos, limpiar la superficie donde tratemos los alimentos y lavar los cubiertos entre que procesamos un alimento y otro

2. Calentar las comidas a 60 o 65 grados y guardar rápidamente los alimentos en el frigorífico una vez cocinados

3. Los lácteos y los embutidos nunca deben exponerse al sol y los huevos deben cuajarse bien

4. Seguir las instrucciones de los alimentos procesados

Sencillas normas en la cocina que evitan una visita al hospital en verano

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