El año ha comenzado bien para Salvamento Marítimo, con un tiempo en calma que contrasta con el que se vivió el año pasado, en la que las ciclogénesis explosivas enviaron una y otra vez temporales contra la costa. Los dos primeros meses de 2014 fueron muy complicados para los integrantes de Salvamento Marítimo, que tuvieron que enfrentarse entonces a las intervenciones más arriesgadas. En total, fueron más de cien las que han llevado acabo durante el recién acabado año, incluidos evacuaciones, búsquedas y remolques.
Las dos más difíciles fueron, precisamente, remolques. Desde la torre de control del dique de abrigo siguieron con tensión: el bulkcarrier “Abis calais” y el “Esnaad 715”, un barco de suministro a plataformas petrolíferas. Los dos grandes embarcaciones, a pesar de su tonelaje, se convirtieron en juguetes para los elementos. “Este último, por ejemplo, las olas llegaron a romperle los cristales de puente y penetró el agua”, recuerdan fuentes de Salvamento Marítimo.
Algunas llegaron a estar muy cerca de las rocas, con riesgo de embarrancar y de venirse a pique. Ni siquiera las rías resultaron ser un lugar seguro para las embarcaciones, que acudían a refugiarse en ellas. La torre de Salvamento Marítimo ayuda a controlar la ría de Ares, y sus radares eran testigos de como se poblaba de barcos que se agitaban en el mar revuelto. “Durante las ciclogénesis, aquello parecía una zona de surfing, y encima tenías a las bateas, todo moviéndose de un lado para otro. Recibíamos llamadas de barcos pidiendo refugio y les decíamos que mejor que no”, afirman las mismas fuentes. Pero la situación se estabilizó cuando mejoró el tiempo, pasado febrero.
embarcaciones deportivas
A partir de entonces, la mayor parte de las actuaciones tuvieron que ver con marineros evacuados por accidentes y también con el rescate de tripulaciones de embarcaciones deportivas. “Eso es algo que no ha cambiado a pesar de la crisis. La gente se sigue haciendo el mar en embarcaciones de recreo y los hay que se quedan sin combustible en alta mar”, aclaran.
También se dan casos de imprudencia en la costa, como el pescador que fue arrebatado por las olas en O Portiño durante un temporal.