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jueves | 25 abril | 2024
Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat volverán a ser dos pájaros para un mismo tiro el próximo 18 de agosto en el Coliseo. A falta de que el IMCE confirme la cita, la página web del andaluz con bombín anunciaba parada en la ciudad después de que en su anterior gira no contemplasen repostar en terreno atlántico y tirasen de largo por la AP-9 hasta Santiago.
El dúo de cantautores serán ellos solos una orquesta, la del Titanic, para no dejar de tocar pese a las adversidades ante un multiusos que sonará a “Dolent de mena (Malo por naturaleza)” y que le cantará a un tal “Martínez” para acabar por maldecir al blues y decir aquello de “Cuenta conmigo”.
El contraataque de los dos que dicen ser cuervo y colibrí tiene que ver con un barco que es el mundo y que, al igual que el “Titanic”, amenaza con hundirse. Su solución pasa por ofrecerle un pulso a la señora crisis y mitigar la falta de aliento con música de la que sabe a poesía. De lo urbano y de las pequeñas cosas. Cada uno con su estilo y hoy siendo uno solo. En canciones que salen a la calle dentro de una caja titulada “La orquesta del Titanic”, y que va en sintonía con su primer trabajado publicado en 2007 “Dos pájaros de un tiro”, donde les daban una vuelta a sus temas de siempre con la aportación de dos grandes personalidades en una.
Hoy sale a la venta su segundo trabajo conjunto, que incluye temas inéditos y compuestos entre los dos
Es así como su segundo álbum asoma hoy la patita al mercado discográfico sin más pretensión que la del deseo de Sabina y Serrat de seguir divirtiéndose en compañía, esta vez, con canciones inventadas para que “la gente vea que esto no es solo para celebrar que estamos vivos”, explicaban ayer en la presentación.
La fuente de inspiración para este álbum hay que buscarla en los versos que un día dejó incompletos el de Úbeda y que entre los dos trataron de completar para llevarlos por un título que no puede ser más explícito del momento actual y por el que estos dos pájaros sobrevuelan con dignidad.
Polémica > Hay que recordar que su anterior paso por Galicia no vino exento de polémica. Por una parte, la organización se veía obligada a suspender el concierto de Santiago por mal tiempo después de no acondicionar la plaza del Obradoiro en caso de lluvia. En Pontevedra, parte del aforo se tenía que quedar fuera de la plaza de toros por vender más localidades de las debidas. Cerca de 200 personas presentaron quejas por no poder entrar en el recinto con entrada.
