Rubén Pozo: “Yo miro hacia adelante porque solo hay una toma y va a tiempo real”

Rubén Pozo: “Yo miro hacia adelante porque solo  hay una toma y va a tiempo real”
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Rubén Pozo viene con muchas ganas. De hecho, el buen sabor de boca que le dejó Vigo y A Coruña en el último paseo “solitario” que lo trajo hasta aquí, le hizo poner una “x” sobre el mapa en la gira de “En marcha”, esta vez, con la energía de un combo con los dice tener telepatía: “Tienen la maquinaria muy bien engrasada” y con una mirada basta. “Galicia siempre sienta bien”, asegura, así que después de año y medio pisando el asfalto y componiendo el corpus de un tercero, termina la gira del segundo. 
Meterse en el estudio será lo siguiente que haga porque “hay material, fuentes que continúan manando y a las que pongo cubos por debajo” y Pozo no las va a dejar escapar. Afirma que la inspiración no avisa, llega un martes a las once y media y también un sábado a las ocho. Solo hay que estar preparado con la guitarra a mano y una letras, que son las primeras en aparecer: “Lo difícil es tener algo que contar y contarlo bien”. 
En este sentido, en “En Marcha”, Rubén habla de sí mismo: “Soy el ser humano que tengo más mano”. A veces ese ser está tonto y a veces alegre, pero, en todo caso, sus canciones “van de la piel hacia dentro” y no al contrario. 
No huye del compromiso ni de la política a la que califica de chunga. Simplemente no le sale: “Si tuviera que hacerlo, diría que es un desastre, pero “en mi arte no mando yo” y, en general, la gente “habla de cambios, pero si tú no puedes cambiar, qué vas a cambiar del mundo”. 
Rubén no se considera un tipo pesimista y ve pequeñas conquistas a su alrededor. Valora todo lo que se está haciendo para sensibilizar a la sociedad sobre la violencia machista: “Fueron muchos años y no nos dábamos cuenta simplemente porque era lo que veíamos diariamente. Ahora vemos que se van ganando batallitas”. 
En la de esta noche a las 22.00 horas en el Garufa Club se acompañará de la banda. Su sonido será eléctrico y aunque se dice llamar Rubén Pozo, los músicos que lo arropan son un todo. Llevan con él mucho tiempo. Suficiente para enfundarse en los 40 con cosas nuevas que no podía ofrecer a los 20 con Buenas Noches Rose. Su paso por esta formación y por Pereza lo recuerda con cariño, pero “miro hacia delante porque solo hay una toma y va a tiempo real”. Para el músico, es algo de su vida como la EGB, “la hice pero no la reivindico, ahora si me preguntan qué tal, les digo pues muy bien”. Cree que militar en ambos grupos le dio fuerza como para atreverse a ir solo con sus canciones y aunque hace años que no ve a Leiva, “todo va bien”. 
Cada uno por su lado, el de Pozo evoluciona por el rock con algún medio tiempo, pero en ningún caso anuncia un cambio de timón para el tercer disco: “Son canciones con guitarra, contando historias en formato clásico”. 
Y es que lo que salió de Alameda de Osuna, nació en el salón de casa escuchando vinilos que su padre guardaba como trofeos, “clasicazos que todavía se reivindican ahora. No han muerto”. De los Rolling y The Beatles, Rubén se quedó con la calidad del sonido. Después buscó las letras en el rock nacional y Extremo y Barricada le dieron lo que lo anglosajón no pudo por la barrera del idioma: “Fue otro tipo de conexión, me hablaban de lo que tenía cerca”. 
Agradece no ser de la generación de Spotify y cuenta que ahora le da al “play” y suenan Quique González, Ivan Ferreiro o Xoel, pero también gente no tan afín musicalmente hablando como rumberos o el guitarrista Django Reinhardt. Él tiene lo que el resto de nombres que pincha. Le emociona. Y eso es la música. Emoción. n

Rubén Pozo: “Yo miro hacia adelante porque solo hay una toma y va a tiempo real”

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