Los Rosales y Monte Alto concentran los pisos comprados como inversión

Los Rosales y Monte Alto concentran los pisos comprados como inversión
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Las ventas mejoran y los alquileres se disparan. El sector inmobiliario coruñés, que empieza a creerse que lo de que el precio del ladrillo ha tocado fondo y solo cabe ir hacia arriba, explica que en este momento hay un perfil clave que mueve el mercado: el del cliente inversor. Los Rosales, el Orzán y Monte Alto destacan como los barrios con más tirón de la ciudad para él.
Las ventas ascienden tímidamente y no han parado ni en verano, pero si parte del mérito lo tienen las entidades financieras por su nueva política de dar crédito a las familias otra parte se debe única y exclusivamente a los coruñeses. Y no a aquellos que en plena crisis se atreven a mudarse en calidad de propietarios, sino a aquellas personas que guardaron sus ahorros durante los peores años para aprovechar el momento. 
El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido, comenta que el colectivo recibe muchas visitas de compradores que tienen el dinero disponible y no necesitan llamar a la puerta de los bancos. 
“La gente se anima para rentabilizar el capital porque ahora apenas te dan intereses en la cuenta”, explica Carballido, que aclara que el gasto medio que está dispuesto a hacer este tipo de comprador es de “hasta 150.000 o 160.000 euros”. 

un 5% de rentabilidad
Mientras que desde la entidad colegial detectan una mayor demanda en el centro, los inversores con menos efectivo solicitan viviendas en “Los Rosales, el Orzán y Monte Alto”. Son los datos   de los que disponen las siete inmobiliarias inscritas en la plataforma de venta en multiexclusiva MLS A Coruña. 
Según su presidente, Rubén Allegue, se da la particularidad de que “lugares como Feáns no son vistos como una buena inversión”. 
Desde su experiencia, lo habitual es que les soliciten “con una valor inferior a los 100.000 euros que estén en buen estado” y den dinero directo “a través del alquiler”. El objetivo final es tener “una rentabilidad de en torno al 5% o superior”, por lo que, como dice Carballido “tienen que ser casas con una rehabilitación no muy cara”.
Pese a que parezca contradictorio no se buscan grandes inmuebles con muchas habitaciones. Como siempre hay quien pretende arrendar a estudiantes universitarios y esos pisos se adaptan a sus intereses, pero en general la intención es que los inquilinos sean gente adulta con trabajo o familias enteras que tengan una menor temporabilidad en las propiedades.

un nuevo perfil
Por otra parte, las oficinas están atendiendo nuevas búsquedas que otrora hubieran sido desechadas. “Hay una demanda brutal de pisos de una habitación para alquilar”, destaca Allegue. A nivel compra también hay interés, si bien el stock de viviendas no siempre cumple con esas expectativas.
“El sector cambia y lo que antes no se movía ahora sí lo hace, de una década para aquí se construyeron pisos de dos y tres habitaciones pero actualmente hay una demanda extraordinaria de viviendas para una sola persona”, inciden desde MLS A Coruña.
Esta modificación de las costumbres viene dada por los cambios sociales que se han producido en los últimos años. 
Es decir, quienes acuden a las inmobiliarias para pedir estos espacios son “jóvenes modernos de perfil Inditex, divorciados y personas mayores que están en un piso de tres o cuatro habitaciones que ahora les sobra”.

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