La romería de Santa Margarita cierra las fiestas con su toque tradicional

La romería de Santa Margarita cierra las fiestas con su toque  tradicional
la banda municipal arrancó los aplausos del púbico, pese a la suspensión del concierto por la lluvia fotos: quintana / susy suárez

Familias con carné de socio de Santa Margarita, de esas que transmiten de generación en generación la tradición de la romería, y otras que comienzan una nueva costumbre. Cientos de personas ocupaban ayer el parque en la celebración con la que se despiden las fiestas de María Pita.
Vecinos de la zona, con el almuerzo en la tartera y el programa de actividades claro en la cabeza, compartían espacio con los llegados desde todos los rincones de la ciudad. A mediodía, el parque estaba en plena efervescencia. Los puestos ambulantes llamaban a quienes pasaban por delante con el olor de las rosquillas y los churros. Los niños volaban sobre las camas elásticas junto a la Casa de las Ciencias y en sus soportales aprendían a hacer figuras de origami y colgantes o acababan convertidos en un personaje fantástico gracias al maquillaje.

agua y empanadas
El punto musical lo ponía de la Banda Municipal, que para la ocasión había preparado un repertorio de música gallega y celta. La lluvia, que llevaba desde primera hora amagando con aparecer, comenzó a caer coincidiendo con el comienzo de la actuación, que tuvo que ser suspendida durante unos minutos. Los centenares que querían disfrutar del concierto no se movieron, sin embargo, confiando en que el agua se fuese con una nube pasajera. La Banda volvió entre aplausos, pero apenas durante una canción. La lluvia esta vez conseguía que se suspendiese el concierto.
A la hora del aperitivo, la protagonista era la empanada. Treinta y cinco participantes presentaron sus creaciones al concurso, ante la atenta mirada de un público deseoso de hacer de jurado popular, con la competición terminada y con la alabanza como reconocimiento. Por la mesa de la cata oficial pasaron desde las más clásicas a las que buscaban sorprender. En una cita tan tradicional no faltaron quienes apostaron por las recetas familiares de empanada de carne o de bonito. Se disputaron los premios con las vegetales, de pollo, con setas, marisco y cuanto ingrediente innovador salió de la imaginación de los cocineros. La combinación más valorada por el jurado fue la de Lucía Gundín Fuentes, que con su empanada de zamburiñas y langostinos se llevó el primer premio, de 700 euros, y los mayores aplausos de los presentes. La empanada de bacalao con pasas de Betina Pacios Rodríguez recibió el segundo premio, de trescientos euros, y la de atún con berberechos de María Isabel Castiñeira Rama ganó el tercero, de 150. El resto de los concursantes dejaron el palco con un diploma y veintinco euros mientras las empanadas desaparecían en cuestión de minutos entre el público.
El cielo volvía a amenazar lluvia, pero los manteles vestían las mesas del merendero y la comida esperaba. La tradición manda y la fiesta en Santa Margarita duraba todo el día. Fueron muchas las familias que, como antaño, disfrutaron de la romería de principio a fin. Por la tarde, los títeres, el teatro, la música y los juegos de los artistas de Faranduleando animaron a los que se acercaban al parque en el último día de las fiestas. Muchos de ellos, habituales de la celebración.
Más de un romería en Santa Margarita habían vivido también quienes a última hora tomaron el relevo de los mayores para ver el concierto de Los Limones.
A medianoche, todas las miradas se dirigían al cielo para ver el espectáculo de los fuegos artificiales. Color en la noche para poner fin de la mejor forma a la romería más multitudinaria y a las fiestas de María Pita.

La romería de Santa Margarita cierra las fiestas con su toque tradicional

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