“El roaming es un impuesto artificial de las multinacionales y su eliminación es factible”

“El roaming es un impuesto artificial de las multinacionales y su eliminación es factible”
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Una ilustración de tres personas subidas “a bordo” de un móvil rompiendo una barrera en la Unión Europea, la “última”, la del roaming. Esa es la carta de presentación de la campaña en la que el Eixo Atlántico y su secretario general, Xoán Vázquez Mao, han puesto tanto empeño. La institución quiere eliminar la subida de las tarifas telefónicas cuando se viaja a otro país y pretende luchar con todas sus fuerzas para que España, Portugal y otros países reculen en su veto a este avance para la ciudadanía.
Cuando se le pregunta a Vázquez Mao el por qué de esta iniciativa emprendida desde un pequeño rincón de Europa, tiene muy clara la respuesta. “La Comisión Europea aprobó la desaparición del roaming el 31 de diciembre de 2015 y el Parlamento ratificó esa decisión”, afirma. Sin embargo, cuando se las prometían felices para eliminar “un impuesto artificial de las grandes multinacionales” para cuando los particulares cruzan de un país a otro, “varios Estados liderados por España, Francia, Portugal y Grecia tiraron la aprobación definitiva”.
Estos países, seguidos de algún otro, dieron al traste con la eliminación real de fronteras en Europa con su capacidad de “codecisión”, alegando “que de hacerse subirían las tarifas”. “Pero que dejen que el mercado se autoregule”, defiende el representante del Eixo, molesto con los resultados.
Más lo está aún con la propuesta de tarifa plana que ha hecho el Consejo Europeo para compensar la no retirada del roaming. “Ofrecen un básico total gratis que incluiría cinco megas al mes, cinco mensajes y cinco minutos de llamadas como alternativa”, lamenta, pues lo considera una “tomadura de pelo” a la ciudadanía.
“Es factible” la supresión de esos sobrecostes, repite Vázquez Mao, recordando que, descontentos con la decisión general, Bélgica y Luxemburgo “firmaron su propio acuerdo de desaparición y los países balcánicos están en ello”.
Desde el Eixo Atlántico aluden a estrategias más complejas para explicar la negativa de España. “Nosotros ya tenemos unas negociaciones avanzadas con R porque incluso lo puede hacer un operador; lo único que se necesita es convertir en interoperativas las tarjetas SIM al igual que ocurrió con los aparatos para españoles de telepeaje para usarlos en Portugal”, recuerda. El enfado con el mantenimiento de ese elemento que dispara las facturas –ya sea en llamadas o en datos– o que incluso se cobra a algunos gallegos y portugueses de A Raia porque las coberturas se entrecruzan sin que ellos se muevan de casa fue el germen de la campaña que ahora lidera.
A través de www.change.org/zeroroaming piden la cancelación y ya se les han sumado varios países, así como las asociaciones de consumidores de España, Portugal y la europea.
“Tenemos que sensibilizar a las instituciones de que no estamos de acuerdo con lo que pasa; tenemos unos derechos que ya se vulneraron con la banca y las compañías aéreas y si no paramos esto irá a peor”, advierte Vázquez Mao. Calcula que para que el plan tenga “fuerza” se necesitan “500.000 firmas” y llevan alrededor de 45.000.
Pero faltan muchas y romper la barrera de la telefonía para viajar sin contar cada vistazo al Facebook o al Whatsapp bien merece una rúbrica digital.

“El roaming es un impuesto artificial de las multinacionales y su eliminación es factible”

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