Retiran en trozos la palmera que se desplomó sobre la iglesia de Santiago

Retiran en trozos la palmera que se desplomó sobre la iglesia de Santiago
Los operarios tuvieron que utilizar dos grúas para desplazar el árbol quintana

Para el párroco de la iglesia de Santiago, Andrés García Vilariño, la retirada de la palmera que se desplomaba encima del templo en la madrugada del 23 al 24 fue todo espectáculo. Porque su volumen obligó a los operarios a utilizar dos grúas para izar el árbol y desplazarlo en trozos con el fin de evitar males mayores. Y es que la aparatosidad del tronco “no permitía andar jugando con él en el aire”, explicaba.
Sin embargo, una vez que retiraron el ejemplar pudieron comprobar que el incidente solo se saldaba con unas cuantas tejas rotas. Nada, en comparación con lo que pudo llegar a ser, comentaba el cura. Y es que antes de la tala, Andrés García se pasó revisando todos los días el interior de la iglesia para comprobar que los desperfectos no habían provocado filtraciones de agua.
El religioso recordaba que gracias al muro –de uno 800 años de antigüedad– que hizo de barrera, el desplome del vegetal se quedó en una mera anécdota. De no chocar contra este soporte, los daños materiales hubieran sido mucho peores, asegura. El viento hizo que el árbol se rompiese en un punto cercano a la base y que golpease el lateral de uno de los símbolos de la Ciudad Vieja.
Tampoco hubo que lamentar daños físicos al acontecer en una noche poco óptima para el paseo. Por su parte, el Ayuntamiento cortaba la calle de Parrote por la tala y Medio Ambiente colaboraba con la comunidad religiosa en contratar a la empresa encargada de retirar la palmera.
Andrés García agradecía la ayuda prestada por la Concejalía y por la firma Cespa: “Estuvimos muy bien acompañados” y añadía que los trabajos continuarán durante la jornada de hoy con la limpieza del entorno después de la actuación de los especialistas.
Para el sacerdote, el incidente ni siquiera fue un susto porque se dio cuenta de lo sucedido a la mañana siguiente con el árbol ya empotrado encima del templo. El suceso tuvo lugar en el marco de unas navidades muy inestables en cuanto al tiempo se refiere. Y es que las tormentas que azotaron la provincia el día 25 provocaban también el incendio del santuario de la Virgen de la Barca, en Muxía.

Retiran en trozos la palmera que se desplomó sobre la iglesia de Santiago

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