Reportaje | La puerta de la Comandancia se abre... pero no para salir, pues el desalojo no será por las buenas

Reportaje | La puerta de la Comandancia se abre... pero no para salir, pues el desalojo no será por las buenas
28 marzo 2017 A Coruña.- Fracasa la negociación municipal con los okupas de la Comandancia de Obras El edificio se encuentra en estado ruinoso desde hace años

El contrapunto a los pisos ocupados y los consiguientes destrozos lo ponen en la ciudad los responsables del Centro Social Ocupado A Insumisa, instalado hace casi un año en algunas de las naves de la antigua Comandancia de Obras, en A Maestranza. Los miembros de este colectivo también estén haciendo uso de una propiedad privada, en este caso de una administración pública y, por tanto, de toda la ciudadanía y se niegan a marcharse. No obstante, justifican su decisión de ir contra las normas aludiendo a que han ido recuperando unos barracones que dejan ver los achaques del tiempo y el abandono que sufrieron durante alrededor de 20 años.

Al abrir sus puertas para tirar abajo los tópicos sobre el movimiento se encontraron con una afluencia de vecinos desigual según la hora del día y la actividad que plantearan, pero siempre trataron de dejar claro que lo que allí hacen es una labor social y cultural pues disponen de actividades como el yoga, el teatro o el baile y dejan que cualquier persona se pueda beneficiar de las modestas instalaciones, como demostraba la presencia de algunos habituales que no son okupas.

 

Programación atractiva

En cierto modo les lastima que algunas figuras públicas, incluso políticos del actual Gobierno local, no puedan acudir a actos interesantes porque eso les podría costar el desarrollo de una carrera política o de otra índole.

Ayer la presentación del libro de Öcalan, “líder do movemento pro confederalismo democrático no Kurdistán” a cargo de Sivan Zerdesti hubiese encajado, según decían en el centro social, con la manera de entender la política con un formato asambleario de Marea Atlántica. Sin embargo, en las estancias recuperadas se especula con que la presión y el enfrentamiento entre administraciones es el que les está afectando a ellos. De hecho, en A Insumisa hay quien cree que el Ayuntamiento sería más permisivo, o al menos ejercería menor presión sobre ellos, si el Ministerio de Defensa no estuviese a su vez peleando por sacarlos de allí.  

Sabían que había un proyecto

Aunque bajo el lema “Que sabes da Insumisa?” trataron de borrar falsos o verdaderos mitos de la mente de los coruñeses, lo cierto es que los okupas son perfectamente conscientes de que se metieron en el recinto cuando ya había un plan para este.

El anterior Gobierno local del Partido Popular pactó con Defensa la cesión del espacio para dar a luz el Centro de Producción de Diseño Cidea, que provisionalmente se realizará en la Fundación Luis Seoane a la espera de la reforma en la comandancia.

Sin embargo, de allí no sale nadie y reconocen que cuando el Ayuntamiento los quiera desalojar no se irán por las buenas. Desde su punto de vista –el que dieron a entender a los visitantes– están dentro de la ilegalidad, pero llevan casi doce meses peleando por hacer pequeñas mejoras que den vida a esta infraestructura.

 

Exposiciones y libros

Cuando se sobrepasan los muros de la antigua instalación militar, al escuchar el discurso es difícil dilucidar entre lo que es malo y lo que es bueno. No obstante, las personas (y mascotas) que allí se han instalado de forma abrupta saben que el recinto tiene dueño y parecen no darle importancia a los perjuicios que están causando. Mientras la marcha por la fuerza no llega, han creado un gimnasio y una sala de usos múltiples en la que se puede disfrutar a media luz. También cuentan con una modesta biblioteca e, incluso, con un pequeño espacio expositivo en el que incluso los restos de un baño –donde todavía se vislumbra un plato de ducha y un urinario de pared reconvertido en macetero– son buenos para mostrar el arte alternativo.

Para estar allí han tenido que engancharse a los escasos suministros de agua y electricidad con los que cuentan bordeando la ley. Pese a recurrir a un nuevo método ilegal, no viven en buenas condiciones porque el suelo y el techo “hacen aguas” en algunas zonas de las naves.

En el recinto que está en uso un edificio que se encuentra casi en ruinas pero también se ha vallado una parte del terreno porque la contracultura no quiere riesgos de seguridad. Ayer, con una sesión de conciertos, se cerraron las puertas hasta nuevo aviso.

Reportaje | La puerta de la Comandancia se abre... pero no para salir, pues el desalojo no será por las buenas

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