Reportaje | El profesor que desbancó a los tornillos y ratónidos

Reportaje | El profesor que desbancó a los tornillos y ratónidos
Quintela asegura que sus alumnos le animan para que siga haciendo la materia más divertida | patricia g. fraga

Alejandro Quintela no es un profesor al uso. Youtube o un meme es el pan nuestro de cada día en sus clases porque el catedrático es consciente de que la estadística aburre y cuesta, sobre todo, en alumnos que están alejados de los números como los de Fisioterapia. Es por eso que acude a la actualidad a la hora de escribir los planteamientos a sus problemas. Es más, todo puede comenzar con un chiste que él mismo monta en su cabeza.
Los tornillos ya no son protagonistas para resolver hipótesis. En su lugar, Quintela propone descifrar la cantidad de dinero que circuló en su momento en los sobres de Bárcenas o las personas que pudieron llegar a ocupar una cama en una convocatoria festiva del italiano Berlusconi.
El humor es un elemento más, que entra por la puerta de Informática para hacer más divertido y sencillo el mundo de la estadística, casi siempre considerada un hueso.
El profesor lleva 30 años y cientos de problemas inventados: “Reconozco que puedo tocar sensibilidades, pero no lo hago con esa intención”. Lo cierto es que en todo este tiempo no recibió ninguna queja de sus alumnos: “Al contrario, me felicitan”. Y es que Quintela desbancó a las ratas que siempre se usan de ejemplo en Biológicas por políticos como Monedero y su lance con Montoro, Pablo Iglesias o la misma Charlize Theron. De ellos, salen variables tan válidas como las que dan de resultado personajes intrascendentes: “Hasta me meto con los funcionarios”.
Tiene publicados dos libros “Estadística fácil con hoja de cálculo” y “El estadístico accidental”, donde se despejan probalidades y variables aleatorias al gusto que responden a temáticas más masticables. Descargarlos es gratis. Quintela solo quiere quitarle dureza a la materia que ama, en un campus donde los nuevos formatos se complementan con apuntes. Muchos planteamientos viajan en vídeos, no pesan, atendiendo a las costumbres de los que se sientan enfrente: “Ahora les cuesta pasar hojas y a mí me gusta experimentar”. Así, las “x” no van asociadas a algo tedioso. Tienen chispa.

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