Los mercados municipales coruñeses se mueren lentamente sin que el Ayuntamiento tome medidas. En la agenda del Gobierno local de Marea Atlántica hay inversiones de gran envergadura pendientes en cuatro plazas de abastos, que ya tendrían que haberse puesto en marcha hace meses e incluso años, y necesidades a cubrir en el resto de espacios municipales. También se acumulan las comprometidas tareas de dinamización de estos espacios que en los últimos años no han dejado de perder clientela.
En la memoria de gestión de 2017, el área de Mercados –dependiente de la Concejalía de Empleo– destaca diferentes acciones de dinamización, pero lo cierto es que de las pocas actividades programadas apenas ha habido repercusión en el día a día de los placeros. Con nueve infraestructuras públicas, dos de ellas gestionadas por una empresa privada hasta que se acabó la concesión de Santa Lucía, los empresarios se desesperan porque cada vez va menos gente a comprar.
Los concesionarios notan una bajada del consumo y demandan acciones para atraer al público más joven a estos espacios
Si bien es cierto que en los últimos meses han salido a concurso algunos puestos que han obtenido pretendientes y han llegado a abrir al público, en estos años también hay quien ha desistido y quien vende lo justo para seguir abierto. Faltan, dicen algunos, acciones que hagan que estas infraestructuras les resulten atractivas a los coruñeses, especialmente a los más jóvenes que son las que menos las frecuentan. Pero la falta de campañas de dinamización que lleguen a todas las plazas y que tengan un impacto real entre la ciudadanía no son el único problema achacable al Gobierno local. En algunos puntos también decae la afluencia por el deterioro de las edificaciones o del entorno.
En Santa Lucía el anterior Gobierno local dejó pactada la construcción de un nuevo mercado y un centro de salud, que se topó con un cambio de criterio del nuevo Consistorio. Ante la falta de acuerdo entre la Xunta y el Consistorio, una rehabilitación que casi debería estar acabada todavía no ha empezado.
Mayor accesibilidad
En Monte Alto la preocupación viene más porque el espacio está muy escondido y, vecinos y comerciantes, entienden que su entorno no está en las mejores condiciones posibles. En los últimos meses se han reformado aceras cercanas, pero esta actuación se antoja insuficiente. La Asociación de Vecinos y Comerciantes de Monte Alto tiene claro que hay que acelerar el paso porque el Ejecutivo del PP ya había proyectado una reforma y porque el plan del Gobierno de la Marea ya se ha retrasado en varias ocasiones.
En las últimas semanas el alcalde colocó las obras en 2019, antes de las elecciones municipales. Según el presidente de la agrupación, José Luis Boado, el mercado necesita “que lo hagan visible con carteles y que instalen un acceso desde arriba”. Boado incide también en la reforma del espacio público superior porque se ha convertido en un punto de encuentro para “gente indeseada porque las pirámides les permiten ocultarse”. Con San Agustín y Adormideras también a la espera quedan tantas tareas pendientes que los placeros no pueden preocuparse solo de vender.