Reportaje | Un plan con más contradicciones que explicaciones

El plan municipal de adquisición de vivienda, llamado a ser uno de los programas estrella de la Marea, ha resultado ser el mayor escándalo al que ha tenido que hacer frente desde su llegada a María Pita. Más allá de las implicaciones administrativas –y quizá judiciales–, el fallido concurso ha abierto aún más la brecha con la oposición, que se siente defraudada por la incapacidad del Gobierno local para asumir sus responsabilidades políticas. Una muestra de ello es la falta de explicaciones de un proceso en el que las posturas del equipo de Xulio Ferreiro han ido mudando hasta resultar contradictorias.
La insistente negativa del concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela –responsable del concurso– a reconocer que los pisos adquiridos a un afín a la Marea y que resultaron no cumplir con las bases carecían de las medidas exigidas acabó por caer por su propio peso, pero duró meses. Durante ese tiempo, ante las sospechas de irregularidades y denuncias públicas por parte de la oposición, no dudó en acusarla de una caza de brujas: “Existen determinadas voces, movidas por intereses de parte, que tratan de sembrar dudas sobre el desarrollo del concurso. La realidad es que todas las verificaciones que estamos realizando ponen de relieve que la comisión de valoración actuó e interpretó las bases de forma correcta”
El alcalde utilizó un discurso similar –el de los intereses partidistas– para defender tanto el proceso de compra como, por extensión, la labor de los técnicos municipales, a los que, desde que surgieron las primeras voces que alertaban de fallos, apuntó como responsables del proceso de compra.

Culpas
Conocido el dictamen del Consello Consultivo que anula la adquisición de los pisos, las indicaciones ya fueron abiertamente culpas y tanto el regidor como Varela y Alberto Lema, encargado de firmar los contratos de compraventa, se descargaron de cualquier responsabilidad asegurando que esta es de los funcionarios. Ninguno de ellos aclaró, ni en sus comparecencias públicas ni en el pleno extraordinario celebrado este miércoles por qué siguieron adelante con una compra en la que eran patentes las irregularidades o cuándo y cómo fueron conocedores de ellas.
Entre tanto, la indignación de la oposición ha ido aumentando con cada declaración, como las que aseguraban que había sido el  Gobierno local quien había decidido enviar la nulidad de la compra de los pisos al Consello Consultivo, o las que afirman que no hay motivos para que los concejales dejen sus cargos.
Con las relaciones entre los grupos de la oposición y el Gobierno de la Marea más tensas que nunca –el alcalde negó el saludo al concejal socialista José Manuel Dapena al término del pleno del miércoles y acusó en repetidas ocasiones al PP de seguir una estrategia de desgaste del Gobierno local–, la polémica parece lejos de estar cerrada y las incógnitas siguen abiertas. l

Reportaje | Un plan con más contradicciones que explicaciones

Te puede interesar