Reportaje | Al perro, el negro le sale impar

Reportaje | Al perro, el negro le sale impar

“Una suerte perra” o “tener la negra”, son expresiones habituales para maldecir la estrella de uno, cuando esta resulta ser más bien poco brillante. De la suerte se suele decir que uno nace con ella. ya seas con buena o con mala suerte o, coloquialmente, con la negra. Y por lo menos en el caso de los perros, es literalmente cierto: la prueba se encuentra en la asociación protectora Gatocan, donde aseguran que es más difícil conseguir que se adopten los perros negros que de cualquier otro color, como el blanco o el castaño.

La presidenta de la protectora, Beatriz Martín, da fe de ello: “El otro día vino una señora para doptar un perro, teníamos el animal adecuado, de la raza y del tamaño correctos. Es muy cariñoso. La señora lo vio y dijo ¡Uy, no! ¡Negro, no!”. La mujer en cuestión no se explayó sobre las razones y, como señaló Martín, “tampoco puedes obligarla a punta de pistola”. Así que el can se quedó sin un nuevo hogar. No es el único: Martín asegura que los perros negros tardan casi el doble de tiempo en abandonar Gatocan.

“Los cuatro lobitos”
Un ejemplo de ello son la camada conocida por los voluntarios como “Los cuatro lobitos”: Jano, Nano, Lino y Sira. Llevan ya varios años en las instalaciones que la protectora tiene en Coirós. “Llegaron cuando eran unos cachorritos, y eran monísmos”, explica la presidenta: la historia de su nacimiento ya es lacrimógena, porque fueron encontrados en una cuneta, donde habían dejado a su madre, dando a luz.


Con una historia capaz de ablandar el corazón más duro, y a pesar de las carantoñas que le hacen a cualquier que se acerque –”Son cariñosísimos”, asegura Martín– cualquiera diría que a la protectora se los quitarían de las manos. Sin embargo, “los cuatro lobitos” siguen siendo huéspedes de las instalaciones de Gatocán, y parece que de forma indefinida.

Martín reconoce que no todo el mundo exhibe esa fobia hacía las tonalidades más oscuras: “Hay gente que nos lo pide específicamente de ese color”. Pero los que prefieren los colores claros o castaños son mayoría. Eso está claro. Lo que no es tan evidente es la razón que se oculta detrás de ello.

Por superstición
“Tiene que ser la superstición. Si no, no lo entiendo”, apunta la presidenta de Gatocan. La mala suerte y el color negro en el mundo animal suelen combinarse en el gato, en cuyo camino no se debe cruzar uno si no quiere que le suceda una desgracia. Las supersticiones relacionadas con el perro negro no son tan conocidas, pero existen: muchas veces se le considera incluso un presagio de muerte, o una manifestación diabólica.
La superstición con los perros negros no es un problema gallego. Se da en todas partes, hasta tal punto que en inglés se conoce como el Black Dog Syndrome (el Síndrome del Perro Negro). Además, el color negro difumina los rasgos, y hace más difícil empatizar con el animal. Sea por la razón que sea, el caso es que en la ruleta de la vida perruna, cuando te sale negro, normalmente también sale impar.

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