Reportaje | Al mal tiempo, buena cara y, sobre todo, mucho arte

Reportaje | Al mal tiempo, buena cara y, sobre todo, mucho arte

Al mal tiempo, buena cara y arte, que nunca está de más. Y es que aunque la borrasca dé hoy una pequeña tregua, mañana el cielo se vuelve a pintar de nubes y lluvias. Por eso, los museos son una alternativa para esta Semana Santa inestable. Un paseo por la impronta puede comenzar en la avenida de Arteixo en un MAC que presenta “This Is Not An Exit [Esto no es una salida]”, de la pareja formada por Muntean y Rosenblum, que se pasan las 24 horas del día juntos. Esto le aporta a sus piezas de gran formato debate y reflexión y, sobre todo, la garantía de que ninguno caerá la vanidad. Porque para eso está el otro, para darle un toque. De ellos se pueden ver distintas series que plantean preguntas y le sacan punta a una sociedad que venera a gatitos en facebook. Ellos sacan estas imágenes fuera y le dan una monumentalidad. Su propuesta conecta con el parkour, una práctica que, como la suya, va encontrando salidas que el resto no ve.

Por otra parte, el Kiosco Alfonso abre una puerta a la Galicia íntima que retrató Anna Turbau con su cámara. Aquí salen a rodar imágenes de mujeres con paño en la cabeza con una Galicia de fondo en plena transición. Sin embargo, la actualidad se redondea en un segundo bloque, donde están las reivindicaciones y las luchas sociales.
El espacio le dedica “A intimidade da imaxe” a una fotoperiodista que llegó a esta punta del mapa en 1975 con la idea de reportajear el poblado gitano pensado por César Portela y Pascuala Campos y se quedó cuatro años más. Sus fotos se podrán disfrutar hasta el domingo.


A escasos pasos, Afundación ofrece a Jorge Castillo en toda su esencia, un artista que no viajo. Emigró y aparcó de verdad en los sitios. Se hizo querer y los lugares que habitó, Buenos Aires, Nueva York, Berlín, Ibiza, París o Ginebra salen en el lienzo de un grande, que escapó de las vanguardias.


Cogió lo bueno de unos y de otros: “La estética forma parte de mi ética” y así de Rubens le gustó lo carnal y de Picasso, el primer cubismo y esta condición de vagar libre por el cuadro le valió críticas, pero también muchas recompensas personales. Las 50 piezas seleccionadas por la comisaria Pilar Corredoira no siguen la línea del tiempo a propósito. Ellas las saltea al gusto para confirmar que a Castillo le sigue moviendo lo mismo.

Última llamada
Belas Artes hace una última llamada a los que aún no se pasaron a ver la antológica de Alfonso Sucasas, en formato dibujo y acompañado de coetáneos.


Son 64 piezas que sitúan al autor en el mapa de los artistas del siglo XX con una revisión de su trabajo con textos explicativos, apuntes, cartas y dedicatorias amigas que ayudarán a completar su croquis creativo. Y es que la pintura del lalinés va de la mano de la reflexión, de entrevistas donde está él y de opiniones de otros sobre lo que hizo.


En O Parrote, la Fundación Titanic presenta la leyenda del buque siniestrado en forma de maqueta del mismo, de unos doce metros de largo, una recreación con 3.000 puntos de luz del que sirvió ostras y alcachofas hasta que un iceberg se interpuso en su camino.

En la Fundación Seoane, el curioso se puede acercar al arte de la impresión a través de distintos grafistas e impresores en Buenos Aires de 1936 a 1950. Tamara Feijoo interpreta a Seoane en “Epílogo de paisaxe e nubes” y la entidad le da una vuelta a “Trece estampas da traizón” de su homenajeado, 80 años después.


En Moret Art, Juan Perdiguero suelta a sus perros en “Gravity” que son, en realidad, emociones que gravitan.

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