Reportaje | La magia de San Juan se encierra en catorce minutos

La idea surge de un experimento técnico cuando a los de la Casa de las Ciencias les llegó un equipo de vídeo inmersivo nada parecido a los que suele tener la gente porque el Planetario exige mucha resolución. Son muchos palmos de pantalla y por eso, el que proyecta allá arriba tiene seis caras, como un poliedro.
Entonces, el director, Marcos Pérez, y el resto de la plantilla decidieron ir a probarlo y pensaron en un reto difícil: una sesión pirotécnica: “Los cambios son muy rápidos y además es de noche. Era perfecto”. Así es que grabaron los fuegos artificiales desde la distancia corta como antaño cuando era fiesta y “estabas al lado del lanzamiento, olía a pólvora y te cubrían todo”.
De esta forma, quisieron contarles a los más jóvenes que antes de que se implantasen medidas de seguridad como las actuales, se veían tan cerca que parecía que las “palmeras” iban a caer sobre las cabezas. A los que lo vivieron, el Planetario se lo recordará porque para probar la tecnología se colocaron al lado de los cohetes, “agachados con los pirotécnicos”. Fue en San Juan del año pasado, “una fecha muy coruñesa”, donde los que comían sardinas los vieron a cientos de metros, cubriendo tan solo una parte del horizonte. Hoy se presentan en primer plano, después de que el museo decidiera hacer un montaje de todo aquello. Cuenta Marcos que son 14 minutos, que abarcan todo el espectáculo “desde la primera bomba hasta la traca final”.

Habrá dos versiones, una para pantalla plana, que fue seleccionada en distintos festivales y se estrenó en el de Gijón y la modalidad “planetario”, que se exhibirá desde hoy a las 17.30 horas de forma gratuita, esto es, con la entrada a la Casa de las Ciencias. En los siguientes días, se programará de lunes a viernes, a las 17.30 horas y los sábados y domingos, a las 18.30 horas.
Por su parte, la cinta sirvió para confirmar que el equipo cumple con las expectativas: “Es complejo porque son muchas cámaras”. El kit se compone de seis ojos artificiales “ensamblados en un cubo”. Cada uno graba su parte y después los profesionales tienen que “coserlas” todas sin que se note. Además de la espectacularidad de los fuegos, se escucha el ambiente festivo. La magia de San Juan se encierra en los 14 minutos que anuncian la medianoche cuando la playa se llena de puntitos rojos.