Reportaje | La esperanza de la salud mental se debate en grupos de apoyo

Reportaje | La esperanza de la salud mental se debate en grupos de apoyo
Las personas hablan en estos grupos de sus problemas y escuchan a los otros para saber cómo llevarlos mejor | pedro puig

En A Coruña, un grupo de mujeres se reúnen desde mediados de julio en A Comuna para hablar de sus problemas. Es gente con un diagnóstico en la mano, una serie de síntomas agrupados por el psiquiatra bajo un nombre, pero que se pueden trabajar de forma natural. Ellas respondieron a la llamada del Proyecto Raigambre, una red donde los que necesitan contar y quieren escuchar al vecino se registran. Dan un número de contacto y el municipio donde duermen. Enseguida, los coordinadores se ponen a trabajar para crear grupos de apoyo mutuo, que son la esperanza que el especialista suele bloquear.
Cuenta el coordinador en Galicia del proyecto, Miguel Bustión, que en estos momentos, la salud mental pasa afortunadamente por una segunda reforma, que no solo se basa en la medicación, sino que atiende a nuevas vías terapéuticas donde el control de uno mismo funciona, en parte gracias a conocer lo que le pasa al otro y al de más allá.
La primera gran revolución tuvo lugar “desmanicomionizando” en los años 60 y 70 a las personas que fueron aisladas: “Mucha responsabilidad cayó en las familias, aunque también se generaron recursos desde la administración”. Para Bustión, “la psiquiatría es una anomalía extraña. Si un niño sufre bullyng, ese es el problema concreto, pero se puede manifestar en depresión o trastorno bipolar”. Sin embargo, los intereses farmacéuticos hacen que se abuse de las pastillas, según el coordinador, y aunque tampoco defiende la “antimedicación”, porque a veces es neceria, sí cree que “el que pone pasta apoya a determinados programas y el márketing de las farmacias influye”. Por eso, los afectados se han empezado a juntar.
Hay masa crítica y prueba de ello es que el Proyecto Raigambre tiene ya resultados. Al de A Coruña, que se retomará este mes, hay que sumarle otro en Ourense y “hay la posibilidad de hacer otros dos en Santiago y Vigo”. En este sentido, Bustión opina que “la mayor parte del peso no debe caer en el área sanitaria, sino en lo social”. En los hospitales, el promotor de la red lamenta que la medicación se lleve importantes fondos cuando hay apoyos naturales donde “si tienes un problema, te pueden echar un cable”.
Bustión asegura que esto puede evitar la dependencia a las pastillas de por vida. En su caso, radio Prometea, en Cuac FM, donde se debaten cuestiones mentales y se lucha contra tabúes sin sentido, fue un segundo bastón.

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