Reportaje | El erotismo de los cuerpos y de las cosas muertas

Las obras de Joao Gabriel no tienen cristal ni marco. Le gusta presentarlas de este modo porque son más directas. Y en su forma de hacer tiene sentido que sea así. La galería Vilaseco ofrece una película de pintura, la de un portugués que se presenta en Padre Feijóo como valor emergente.
Acaba de ser finalista del Prémio Novos Artistas Fundaçao EDP y es la primera vez que atraviesa el Miño. Con 25 años, coge el pincel con la pantalla del ordenador encendida. Normalmente, busca en su hemeroteca particular una película porno de los años 70 u 80 cuando el género contaba historias para visualizar escenas que después lleva al lienzo. A su manera, porque “nunca soy fiel” y lo erótico aparece en una calle o en el mar. Y es que la exposición es cuerpo y también paisaje. E incluso los objetos que extrae del contexto y les dedica un aparte se rebozan de erotismo. El sexo no está explícito. “De lo contrario, dejaría de ser erótico”. Él envuelve el deseo en atmósferas que crea con el pincel, en miradas y gestos. En lo abstracto y, al final, el erotismo de la pintura se mezcla con la pintura del erotismo en una fábrica que no cesa. Cuando está en su estudio de Caldas de Raiña no deja de producir porque la película que tiene en su cabeza pide escenas, y una tras otra, van saliendo para que sea el público el que firme su propio guión.
“Yo quería pintar cuerpos y en las pornos encontré muchos”. En ese sentido, Joao Gabriel dice que el cine tiene la ventaja de que no hay poses. Eso le interesa. En la muestra, el erotismo sale de dos presencias masculinas, imágenes que en su país apenas se ven: “En las telenovelas casi no salen homosexuales y hay mucho que avanzar”. Pero su intención no va más allá de pintar: “Es muy instintivo”.
El creador ve necesario romper tabúes como el de la pornografía que se ve en silencio. "Antes se iban al cine a ver y estaban muy cuidadas. Realizadores muy importantes hicieron pelis porno". Hoy, perdieron calidad, asegura. De sus favoritas, destaca "Boys in the sand", donde además de lo erótico, entra el humor y la ficción con elementos sobrenaturales. Él lo organiza todo como una peli: "Sin un orden”. A Joao le gusta hacer visible su trabajo. Habla del buen momento creativo por el que pasa Portugal y confiesa que le gusta el cine de Almodóvar que es igual de erótico que su pintura. En suspensión. l