Reportaje | Los delantales abren el camino para que Padre Rubinos tenga su línea de ropa

Reportaje | Los delantales abren el camino para que Padre Rubinos tenga su línea de ropa
Representantes de la escuela Formarte y de Padre Rubinos lucieron algunas de las prendas | patricia g. fraga

Lo que comenzó sin pretensiones, solo como una fórmula para facilitar la empleabilidad de algunos usuarios del albergue de la Real Institución Benéfico Social Padre Rubinos, va camino de convertirse en una estrategia para marcar tendencia en A Coruña. La entidad estrenó ayer, de la mano de la escuela de diseño Formarte (con la que se colabora desde hace un año), una pequeña línea de ropa de mujer que llevará la etiqueta del taller prelaboral textil y que se venderá desde el mes que viene en las dos tiendas de segunda mano que tiene Padre Rubinos.
En un futuro no descartan diseñar prendas para hombre, pero de momento la subdirectora de Formarte, Marián Llonch, destaca la importancia del proyecto desarrollado de forma conjunta porque cualquier fémina podrá lucir un original. Aunque haya una talla en los comercios de Ángel Senra y la antigua residencia, “el patrón se puede adaptar a cualquier tipo de mujer”.
Desde el centro formativo llegaron los diseños de dos vestidos vaqueros, uno con un especialmente difícil de coser cuello camisero. A partir de ahí las dos personas que dirigen el taller decidieron inventar de los retales que dona la gente varias camisas y camisetas, así como mochilas y bolsos más complejos de los que habían construido con hilos y máquinas de coser una decena de beneficiarios del programa procedentes del albergue.

Modelos “exclusivos”
Será difícil que se encuentren dos piezas totalmente iguales porque los tejidos casi nunca son idénticos por lo que todas y cada una de las creaciones serán de “edición exclusiva”. Su aparición en el mercado tras el éxito de los delantales con los que empezaron a darse a conocer se debe a la celebración del centenario de la organización. Si su razón de ser está clara, el precio todavía no se sabe dado que se tiene que valorar en función del trabajo que lleve la confección tras cada encargo pero serán unos costes asequibles para cualquier persona.
De darle forma se encargarán los nuevos alumnos del curso pues acaban de estrenarse como modistos ocho personas y cabe la posibilidad de que se incorporen otras dos en breve, según resaltó la coordinadora del taller y educadora social Esther Patricio. Todos ellos estudian pero también cuentan con un seguimiento de su situación y un itinerario.
Ya hay quien ha dado el salto y no necesariamente al ámbito de la confección, porque más allá de revelar una profesión el curso supone “una motivación laboral y personal” que ha llevado, por ejemplo, a tres personas a trabajar a media jornada empaquetando regalos en Coruña The Style Outlets en Navidad.

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