Reportaje | Una colección de joyas sale a diario de Elviña para fomentar la inserción

Fabrican aliens y átomos en plata que después engarzan con cordones o cadenas metálicas o son el grueso de un anillo que venden para reinvertir en formación. El centro especial de empleo de Grumico (Grupo de Persoas con Discapacidade Física da Coruña) echa humo desde agosto con un apartado joyero que ya tiene sus resultados. Sus criaturas se exponen en www.centroilab.org y ya las pasearon en diciembre por la feria de autónomos de ExpoCoruña. Falta todavía calar entre la sociedad amiga y buscar nuevas ferias, pero desde el colectivo reconocen que están arrancando poco a poco: “De momento no tenemos beneficios”. Así es que lo que comenzó siendo una escuela y sigue siéndolo, con diez plazas para aprendices, tiene desde verano la segunda parte, que convierte a los alumnos en joyeros de verdad. En la actualidad, dos se colocan una máscara todos los días para pulir el material. Se rompen la cabeza trazando diseños que gusten al público y juegan con uno y otro color hasta que lo tienen en las manos. 
De su corta experiencia, salen gargantillas elegantes y otras más arriesgadas con colgantes de colores vivos porque además de invitar a la plata a jugar, también dejan entrar al esmalte que cocinan previamente. Además de sus invenciones, dan la posibilidad de que sea el cliente el que pida al gusto, encargos hechos a medida que salen coquetos de su local de Rafael Alberti, en Elviña, para conquistar el mundo. Cuentan que con la escuela llevan muchísimos años pero “fabricar, fabricamos desde agosto”. 
De momento, son solo dos los operarios aunque aspiran a aumentar el equipo en un espacio donde gozan de libertad a la hora de moldear el material. Son una asociación sin ánimo de lucro. Por eso, su colgante “búho” o el de “corazón de árbol” sirven para retroalimentar una iniciativa, la del centro I-lab, que se basa en el diseño, en la elaboración y la venta de complementos que son artesanía y país y de los que también se encargan de reparar y adaptar al cuello y  muñecas de sus clientas. El objetivo no es otro que la inclusión social y laboral de las personas con diversidad funcional que van al centro. Se forman y piensan en un futuro más concreto. Que se toca. l