El campus de Elviña, convertido en un hervidero de nervios

El campus de Elviña, convertido en un hervidero de nervios
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Nervios, prisas y café, mucho café. Así afrontaron el primer día de Selectividad los alumnos herculinos. Los accesos al campus de Elviña se llenaron de una gran caravana de vehículos –que se vio aumentada por un accidente en Alfonso Molina– que transportaban a los más de 2.350 estudiantes que se distribuyeron entre las facultades de Económicas, Filología, Caminos e Informática.


A la puerta de esta última, Lara y Yaiza contaban, en el descanso, antes de entrar al segundo examen –Historia de España– que, las noches de Selectividad se pasan entre "insomnio y café". Sin embargo, el examen que rompió el hielo, de Lengua Castellana y Literatura, les pareció más fácil de lo que esperaban, con temas como la Literatura Hispanoamericana o un comentario crítico sobre el machismo.

Con respecto a la prueba de Historia, Cesia y Gabriela, comentaron que realizaron opciones opuestas de examen. La primera desarrolló el tema de la Segunda República, mientras que la otra tuvo que hacer frente al Bienio Reformista y a unas preguntas “sencillas”. “Tuve mucha suerte con esta prueba, la parte de las definiciones te las esperabas porque eran las más comunes de cada tema”, dijo Cesia. 


Ambas comentaron que, mientras que en el primer examen de por la mañana la gente estuvo la hora y media, en Historia estaban saliendo a la hora de comenzar.


Por la tarde fue el turno de Lingua Galega e Literatura, con temas como la poesía de las Irmandades da Fala y la Nova Narrativa Galega, y del examen del primer idioma extranjero. 

Diferencia por comunidades
Un tema que ha sobrevolado en los últimos días la prueba selectiva es la necesidad de unificar temarios para estos exámenes y que tengan el mismo grado de dificultad en todas las comunidades autónomas. 

“Selectividad se pasa entre ‘insomnio y café’, pero las pruebas son más fáciles de lo esperado”


Sara, otra de las alumnas que se presenta, por tercer año consecutivo, para alcanzar la nota de Magisterio de Primaria en Santiago que, actualmente, está en un 9,5 piensa que “el nivel nacional exigido debería ser el mismo”. Cesia, por su parte, piensa que es una gran desventaja debido a que las lenguas cooficiales pueden mejorar o empeorar la media. Al igual que Gabriela, quien asegura que se nota mucho la diferencia con otros lugares y se debería igualar lo impartido en todos los centros españoles. Ambas vieron el examen “de la discordia” valenciano y les pareció asequible.

El campus de Elviña, convertido en un hervidero de nervios

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