Reportaje | La beatlemanía vibró con las baquetas de mister Ringo

Reportaje | La beatlemanía vibró con las baquetas de mister Ringo
Más de 4.000 espectadores se dieron cita en el Coliseo | javier alborés

La beatlemanía llegó a la ciudad en forma de batería con un Ringo Starr, que apareció en la puerta del hotel Hesperia Finisterre con 77 años muy bien llevados. Gorra y gafas de sol, saludó a los fans que no quisieron perderse la primera visita de un ex “escarabajo” a la península coruñesa. El fenómeno se materializó en las ganas que el grupo Octopus’s Garden, que populariza el repertorio de los de Liverpool, tenía de saludar en persona al menos conocido, quizá, de los cuatro, una leyenda viva que ya tiene su versión en escultura de madera.
La moldeó para él el artista Álvaro de la Vega, un encargo de la Real Orden de los Caballeros de María Pita que le entregaron poco antes de que comenzase el directo, en el backstage. Contaba José Duarte que su creador suele tallarla a hachazos con instrumentos grandes así que el Ringo de madera de castaño tiene 1,95 metros y 110 kilos, 1,73 mide el real pero como el otro, ambos dicen “hola”, el símbolo de “peace and love”.
Según contó el maestro de la orden, Starr donó la pieza a la ciudad y desde el Ayuntamiento le están buscando un sitio que no será al lado de Lennon por el material de la obra, pero sí que igual tendrá cobijo en el propio Coliseo para no perderse ningún directo de masas.
El colectivo trató también de convencerlo para que iniciara con ellos hoy el Camino Inglés que realizará la hermanastra de John Lennon, Julia Baird, a la que nombraron embajadora. Sin embargo, más allá de las anécdotas, el batería salió al escenario con su banda para ofrecer música. Sin más atrezo que el instrumental, se calzó las baquetas y comenzó a soltar clásicos de los Beatles. Sin embargo, los dos primeros temas los interpretó al micro. En el repertorio se colaron temas propios y los hits de los que viajan con él: Steve Lukather, Colin Hay, Gregg Rolie, Graham Gouldman, Gregg Bissonette y Warren Ham, a quienes presentó uno por uno.
Los cerca de 4.000 asistentes disfrutaron de uno de los dos beatles con vida en el Coliseo, conscientes de que la cita era histórica y al margen de los acordes, del “It don’t come easy” y el “Yelow submarine” con el que vibró el recinto ovalado, los espectadores se fueron con una historia que contar protagonizada por un Ringo empático que lanzó varios guiños durante una puesta en escena conjunta, donde “With a little help from my friends” tuvo más sentido que nunca.
“¿Tenéis ganas de pasarlo bien? ¿Tenéis ganas de escuchar buena música? ¿Tenéis ganas de bailar?”, preguntó Ringo antes de empezar su actuación y consiguió que el público hiciese las tres cosas. l

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