El relleno de caolín provocó una fuerte polémica

Elena Espinosa, por aquel entonces ministra de Medio Ambiente, inauguraba el 18 de junio de 2010 los nuevos arenales de la ciudad. Unos arenales que ganaron 20.000 metros cuadrados de playa seca gracias a 320.000 metros cúbicos de nuevos áridos que se aportaron durante tres meses en Riazor, Orzán, San Amaro y Matadero y que costaron 8,5 millones. Aseguraron los políticos aquel día que se había logrado adelantar la orilla  en 20 metros con lo que se conseguía, según el exalcalde Javier Losada “la mejor playa de España”.
Pero la actuación no estuvo lejos de polémica. En cuanto se conoció la fecha de arranque, un grupo de vecinos organizados a través de internet celebraron una concentración en María Pita en contra del relleno, una protesta que se repitió en distintas zonas de la ciudad, incluida la propia playa, durante el desarrollo de los trabajos.
A los opositores se unieron también los extractores de poliquetos, ya que su mejor zona para faenar estaba en Riazor, pero con ellos se logró un acuerdo a través de su participación en las obras. Los ecologistas y el propio Carlos Negreira criticaban entonces que se hubiera apostado por arena de caolín de una mina.
Aunque las voces oficiales aseguraban que las mareas no se tragarían los nuevos áridos, Adega defendía que al cambiar la morfología de la zona, se perdería la dinámica natural y los sedimentos no regresarían en verano. Esta por ver quien tendrá la razón.  n c.r.

 

El relleno de caolín provocó una fuerte polémica

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