El recelo por el Ofimático deja en el aire el segundo bloque de Cofuncovi

Por fin. Eso es lo que pensaban las treinta personas que ayer se congregaron en la parcela de Z-17 del Ofimático en la ceremonia de celebración del inicio de la obra. La mayoría eran familias jóvenes que están impacientes por poder entrar en la casa por la que llevaban pagando las cuotas desde hace seis años. En total, 69 cooperativistas. Pero Cofuncovi tiene otro proyecto, un edificio igual en la parcela Z-23, para la que aún faltan por cubrir 20 plazas. El presidente de la cooperativa, José Mosquera, reconoce que la mala publicidad que ha recibido el Ofimático hace que resulte difícil encontrar gente interesada.
“El Ofimático ha recibido mucha mala publicidad y hay gente que considera que no se puede construir aquí. Espero que actos como el de ayer sirvan para hacerles cambiar de opinión”, deseó Mosquera. Pero lo cierto es que lograrlo en medio de una fuerte crisis económica ha sido una aventura. Tuvieron que afrontar un proceso reversionista que paralizó su proyecto de vida, pero también con los intereses de los promotores unidos en la asociación Aproinco, que trató de modificar el plan original para ahorrarse costes de urbanización a la que no veían posibilidad de sacar ningún beneficio.
También tuvieron que hacer frente a las protestas de los vecinos de San Vicente de Elviña, que habían sido expropiados y convertidos en promotores, y que consideraban que aquello perjudicaba sus intereses, por lo que pedían que se detuviera la construcción del polígono. Pero lo que realmente podía hacer peligrar el proyecto era la falta de crédito, y no fue posible dar el paso final hasta que la entidad bancaria Targobank accedió al préstamo hipotecario de siete millones de euros.
Aún así, habían esperado poder comenzar las obras en febrero, pero los cooperativistas se encontraron con otro problema: los protocolos de acceso a los terrenos del Ofimático, lo que quería decir que sus camiones no tenían un camino de entrada por donde meter el material y el equipo. No era la primera vez que algo así ocurría, puesto que otra cooperativa, A Carnocha, tuvo los mismos problemas en abril del año pasado. Pero además, como el permiso lo tenía que dar el Ayuntamiento, el trámite se alargó debido a las elecciones municipales.
Pero todo eso es ya cosa del pasado. Ayer, bajo un sol de justicia, se congregaron los cooperativistas, de buen humor tras haber pasado tantas dificultades y pudieron comprobar que la constructora Dragados instaló la caseta y ha comenzado a poner coto al terreno. n