La reapertura de la antigua prisión se retrasará al no terminar las obras en plazo

Los pronósticos más optimistas marcaban el fin de 2017 con una cárcel renovada. Sin embargo, desde Proxecto Cárcere apuntan que en el espacio no hay indicio de vida y que la reunión que tenían fijada hace dos semanas con el Ayuntamiento para conocer el futuro inmediato del inmueble se pospuso porque en María Pita están de vacaciones.
La próxima fecha será a mediados de este mes, pero aún está sin confirmar. Mientras, los trabajos continúan en un recinto vallado, pero en el se puede vislumbrar que queda trabajo, al menos en las cubiertas.
La actuación comenzó a finales de octubre y en los pliegos del contrato se fijaron 56 días de plazo para ejecutarla. De esta forma, sumando los días en el calendario se llegaba a últimos de diciembre, pero habrá que esperar a que 2018 devuelva a la ciudadanía un edificio histórico que, al contrario que su primer fin, le dará alas a los vecinos para que compartan sus inquietudes.

Su modelo de gestión pasa por que sus puertas estén siempre abiertas para todos, y especialmente para aquellos proyectos e iniciativas que puedan encontrar más dificultades en otros lugares más convencionales.
Se trata de transformar la antigua prisión provincial en un punto de convivencia libre, donde primen los usos sociocomunitarios, culturales, artísticos y educativos y en el que la memoria histórica de la cárcel esté siempre presente.
Con un presupuesto de 184.659 euros, la adjudicataria está acondicionando el bloque para que no siga deteriorándose. De esta forma, impermeabiliza toda la cubierta donde se habilitarán los espacios más polivalentes posibles y con características diversas para que las actividades sean flexibles y no se vean coartadas por limitaciones de tamaños, según explicó en octubre el concejal de Urbanismo, Xiao Varela.