Ramón Astray lleva a la galería Primera Planta “Jornada de reflexión en la isla de Rodin”

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  La galería que la Asociación de Artistas Galegos tienen en la calle Real inaugura el viernes la exposición “Jornada de reflexión en la isla de Rodin”, de Ramón Astray, donde el artista hace gala de su imaginación como dibujante para embadurnar el pincel de colores sobrios y una mezcla entre expresionismo figurativo y surrealismo fantástico.
Además, su pintura respira también del cubismo y lo moderno para situar en el lienzo a personajes que se entrelazan unos con los otros. Todos bañados de ironía.
Su amigo y compañero de profesión Pedro Bueno lo define como un inventor de ilusiones, un cavilador de imágenes y creador de bajorrelieves difíciles de imitar, “porque para hacerlo hay que nacer con esa rara virtud que es la sutil-ironía, con ese punto de mirada maliciosa con que escruta el entorno” para ponerlo todo al servicio de la plástica.
Bueno añade que sus pinturas provocan que el curioso se pare delante de ellas e invente sus propias historias que, al principio, parecen obvias, pero que terminan por alejarse de lo fácil. Esta condición es indispensable en su obra, dice el experto, tanto como el color, el dibujo o los pinceles.
La muestra se podrá ver en Primera Planta durante todo el mes de noviembre. Una oportunidad para detenerse delante de uno de sus cuadros para sacar un cuento. Distinto al del resto. Porque la imaginación que deposita Astray en cada una de sus composiciones tiene la condición de ser contagiosa. Hace que se agrande más allá del lienzo.