El radar de Alfonso Molina impuso un 36% más de sanciones que en 2016

El radar de Alfonso Molina impuso 
un 36% más de sanciones que en 2016
El radar se encuentra en el kilómetro 3,1 en sentido entrada, a la altura de Palavea | pedro puig

Como a la Dirección General de Tráfico (DGT) le gusta repetir, el exceso de velocidad provoca la pérdida de vidas. Sin embargo, la comunidad gallega puede felicitarse este año por una reducción muy elevada de la tasa de siniestralidad en las carreteras, de 101 víctimas mortales en 2016 a 73. En cambio, los conductores no puede felicitarse por un descenso equivalente en el número de multas. Un ejemplo de ello es el radar de Alfonso Molina situado en dirección entrada a la altura de Palavea, que impuso 5.807 multas desde el uno de enero de este año hasta el 23 de octubre: un 36% más que en todo 2016. Este incremento se traduce en 234.610 euros de recaudación que se destinarán íntegramente a mejorar la seguridad vial.
Automovilistas Europeos Asociados (AEA) señala en un estudio publicado la semana pasada que los 375 radares fijos de la DGT han formulado 1.607.062 denuncias por exceso de velocidad, por un importe de 63.304.699 euros, pero que el número de denuncias a nivel nacional solo se incrementó un 4 por ciento.
Para AEA, la ubicación mayoritaria de los radares en autopistas y autovías y la repetición de los radares más activos, debería animar a la DGT a replantearse su política, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares “en meros instrumentos de recaudación”.
Este aumento no es uniforme. Hay escáneres en el área metropolitana que detectaron muchas menos infracciones en lo que va de año. Un ejemplo es el de Oleiros en la AC-12, a la altura del kilómetro 8,3, en el que el número de sanciones descendió de forma significativa, pasado de 4009 en 2016 (hasta el 23 de octubre) a 1.153 este año, en el mismo periodo. Por otro lado, en la AP-9, en el ramal que va de Betanzos a Ferrol (kilómetro 31,1, en Abegondo), el número de denuncias tramitadas por el radar fijo se estancó prácticamente, pasando de 7.755 a 7.973 sanciones.
Más tráfico
Entre los motivos que explican este destacable incremento en Alfonso Molina se halla el hecho de que la avenida es la vía con más tráfico de toda Galicia. De hecho, durante 2017 la Dirección General de Tráfico (DGT) midió un incremento del 5% en la Intensidad Media Diaria (IMD) de la avenida. Es decir, que a diario entran y salen por la AC-11 unos 120.000 vehículos procedentes en su mayoría del área metropolitana, sobre todo de Culleredo y Oleiros.
“Por la Tercera Ronda también ha aumentado, más incluso que en la AC-11”, había señalado recientemente el jefe del centro de gestión de la DGT, Ramiro Martínez. “Hay más movimiento y más economía. Por eso hay que felicitarse porque se hayan reducido los accidentes mortales”, reconocía. De esta manera, la DGT también se beneficia de la recuperación económica.

El radar de Alfonso Molina impuso un 36% más de sanciones que en 2016

Te puede interesar