“Quiero que los lectores pasen buenos malos ratos”

“Quiero que los lectores pasen buenos malos ratos”
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Introduce a un abogado en la trama, Luis Novo, pero asegura que no es él ni mucho menos porque “me estaría flagelando. Lo pasa tan mal el personaje en el centro de la red que hace que al escritor Ulises Bértolo le recuerde al protagonista de “La mosca”. El autor de “Orthodoxia” (Ediciones Carena) estará hoy a las 19.30 horas en la librería Troa para hablar de lo que le impulsó a darle forma a una muerte y un número “que no están puestos al azar”. 
El thriller se retuerce por distintos escenarios del Camino de Santiago. Es muy global, pero Compostela tiene una presencia distinta. Allí, al igual que en el resto de lugares, el lector sufre porque ese era el objetivo de la pluma: “Quiero que los lectores pasen buenos malos ratos, que lo pasen mal” en medio de un baile en el que nada es aleatorio. Todo está pensado por algo y gira en torno a un malvado, que impone sus criterios y ejerce influencia sobre el resto. Así es que lo que tiene pinta de una invetigación de un crimen al uso, “se convierte en algo muy diferente. Los propios miembros se ven metidos en el caso” y una guardia civil como Sandra Márquez salta a la pista,  “una profesional apegada a pruebas tangibles”. 
Junto a ella, sitúa al profesor libanés Thomas Noah, que es el contrapunto. Cuenta Ulises que tiene una otra forma de ver las cosas: “Sandra deberá confiar mucho en él para salir del embrollo”. Por lo mal que se lo hace pasar al letrado, Bértolo le da el privilegio de ser narrador de parte de la historia: “Habla en primera persona”. Para el novelista, el género no pide tanto un final redondo, sino que cada capítulo genere cosquilleo y que los elementos estén en equilibrio. Porque ya lo dijo Faulkner, “el pasado es una dimensión del presente”, en “Orthodoxia” hay “muchas cosas que están latentes, claroscuros de la Historia que pueden resurgir en cualquier momento”. 
Así es que Bértolo la pensó como quien la cuenta de forma objetiva para dejar paso al Ulises novelista. En este sentido, explica que fue el cómic el que le hizo derivar en las letras. Llegó a Víctor Hugo por sus ilustraciones. Con Kafka le pasó lo mismo y al final, las viñetas le empujaron a coger el ordenador y golpear el teclado para poner muchos puntos seguidos. Y un número. Después de una canción de Metallica que destila pistas: “Master of Puppets”. Lalalá. n

“Quiero que los lectores pasen buenos malos ratos”

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