El Puerto ya tiene cerradas más de cien escalas de cruceros para 2020

El tráfico de transatlánticos no solo será intenso durante el ejercicio en curso sino que el gestor de la terminal de cruceros (la empresa Rubine e Hijos) ya cuenta con más de un centenar de confirmaciones para 2020, en el que habrá novedades de barcos porque este subsector turístico no para de crecer. No obstante, por más que aumente el negocio en A Coruña desde la concesionaria no ven viable que los buques de ocio lleguen a atracar en la dársena de punta Langosteira aunque en Plan Especial de la zona de servicio de la instalación portuaria deje abierta la puerta a que haya un tránsito de pasajeros en el Puerto Exterior.

Con los picos de afluencia aún en ciernes este ejercicio –en el que el gestor de la terminal de cruceros espera 123 llegadas–, la Autoridad Portuaria ya cuenta con más de 100 escalas de grandes buques de pasajeros para el año próximo, y ello a pesar de que el período de posibles incorporaciones no se cierra hasta el mes de octubre.  

Además, para 2021 también hay convenios puesto que este tipo de paquetes turísticos, con mayor importancia para las estadísticas portuarias cada año, se empiezan a vender con mucha antelación porque son miles las plazas que hay que llenar. 

Desde la empresa concesionaria del servicio, Rubine e Hijos, siguen trabajando a pleno rendimiento para cerrar más amarres y creen que todavía hay capacidad de desarrollo en A Coruña. 

No obstante, para Luis del Moral esta no pasaría por un hipotético traslado de parte del tráfico de viajeros al Puerto Exterior.  Aunque la institución portuaria dejó abierta esa posibilidad en el Plan Especial de la zona de servicio portuaria de Langosteira, cuyo informe ambiental se encuentra en período de información pública, desde su punto de vista es “descabellado” ese posible plan, aunque en su momento hubiesen reconocido que sería positiva la ampliación del muelle de Transatlánticos. 

“Allí no irían porque no hay nada, es mejor utilizar San Diego o el Centenario”, como ya se hizo el año pasado con una infraestructura provisional montada hasta en dos ocasiones debido a la coincidencia de varias grandes embarcaciones. De hecho, la adaptación en un futuro podría ser la de “San Diego cuando los tráficos se vayan a Langosteira y se irá viendo en función del crecimiento”, destaca Del Moral, dado que a la empresa le restan unos siete años de concesión.