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martes | 7 mayo | 2024
La Autoridad Portuaria acelera las negociaciones para que las firmas que todavía mantienen su presencia en los muelles de Batería y Calvo Sotelo soliciten suelo y trasladen sus operaciones a Punta Langosteira. Según el plan de empresa del Puerto, este es el paso fundamental para poder definir antes del 31 de diciembre de 2017 los escenarios que se desafectarán. El plazo final para realizar la enajenación de las zonas se marca para 2019 y a partir de ahí esperan generar recursos con la venta de cara a afrontar algunas de las cuotas pendientes por la obra de Langosteira.
La enajenación de los terrenos de Batería y Calvo Sotelo es otro de los temas que genera fricción entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento. El Gobierno local –ahora más centrado en el asunto de la subasta de La Solana– ya se manifestó en contra de la desafectación de los terrenos para proceder a su venta y todavía se desconoce en qué acabará todo el proceso. Pero esa incertidumbre no ha impedido que el Puerto siga cumpliendo los plazos del objetivo que se incluye en su plan de empresa. En el documento figura el interés por generar recursos económicos (la meta final son los 25 millones de euros) al mismo tiempo que se facilita y mejora la integración urbana del puerto.
Por ello, en estos meses se está tratando de avanzar en los contactos con las firmas que mantienen sus instalaciones en los dos muelles afectados para que se muden a la dársena exterior a lo largo de los próximos ejercicios.
El Consejo de Administración ya concedió un espacio a la factoría de Alcoa para desplazar las descargas de alúmina al Puerto Exterior en el horizonte del verano de 2018, pues se calcula que construir su nueva sala de operaciones allí le llevará un año y medio.
En paralelo a estos pasos, este diario ha podido saber que se conversa con Gas Natural Fenosa, Bunge, Tudela Veguín y Oleosilos de Galicia, entre otras firmas, para que hagan lo propio. La idea es que los traslados se produzcan entre este año y el que viene.
Definición y consejo
Al plan de definir los escenarios a desafectar en 2017, se suma la expectativa de que el Consejo de Administración declare la innecesariedad de los espacios entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018. Así durante el ejercicio siguiente se procedería a la desafectación del dominio público portuario.
Esta cuestión es la que genera intranquilidad en el Ayuntamiento, por la posterior intención de vender pero lo cierto es que la administración portuaria descartó en su proyecto que se fueran a construir viviendas pegadas al mar.
De hecho, la intención sería reservar ese espacio a usos terciarios para la implantación de museos, fundaciones u hoteles, entre otras propuestas. Además, según el plan a futuro no se pretende cerrar el acceso de la ciudadanía al cantil, pues no se vallará.
Es más, un espacio de entre 10 y 15 metros al borde del mismo se seguiría reservando para usos de la Autoridad Portuaria, dado que son necesarios cuando coinciden en un día las escalas de varios cruceros.
