La procesión del Amor, el Perdón y la Misericordia recorre la ciudad al anochecer

Justo cuando se empezaba a poner el sol, la Cofradía de Nuestra Señora de La Soledad y del Santo Entierro sacó a las calles de la Ciudad Vieja la procesión del Amor, el Perdón y la Misericordia. Con el recorrido iniciado, la tenue luz de las farolas acompañó a miles de fieles, que siguieron el paso penitencial desde su sede en el Templo de la Orden Tercera.

Así, el doliente Cristo de la Agonía –el Cristo de los Cuarenta Credos obra del gallego Antón Ferreiro y que data del siglo XVIII– salía del Templo de la Orden Tercera para recorrer las calles de la Ciudad Vieja, donde la luz del sol dejó paso a la de las antorchas que portaban los fieles y la atenta y respetuosa mirada de miles de coruñeses.

El paso transcurrió así entre la luz de las velas y las farolas, que hicieron de contraste perfecto con la oscuridad y permitieron iluminar la talla del Cristo de la Agonía, una talla que está considera como una de las grandes joyas de la imaginería coruñesa.
El sol que durante toda la jornada adornó la ciudad se convirtió al caer la noche en luz de antorchas para procesionar entre el silencio y el recogimiento tanto de los cofrades como de los asistentes a la procesión del Amor, el Perdón y la Misericordia por los empedrados de la Ciudad Vieja coruñesa. Tras recorrer gran parte de este barrios y atravesar la plaza de María Pita, la talla del Cristo doliente regresó al templo

Encuentro de música sacra
La jornada de ayer tuvo también su toque musical con el encuentro de música sacra en el que cantó el Coro de la Grande Obra de Atocha. El festival se repetirá hoy en la Colegiata de Santa María del Campo (20.00 horas) con el concierto del Orfeón Herculino. que interpretará obras de Tomás Luis de Victoria o Heinrich Isaac. l