Procesado por asaltar a una chica a la que intentó violar un año más tarde

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  a.b. > a coruña

  Los cinco años de cárcel que ayer solicitó el fiscal para un joven por un delito de robo con violencia y uno de lesiones pueden unirse a los seis que cumple en la actualidad por una agresión sexual, cuya víctima es la misma joven que le acusa del asalto que ayer lo sentaba en el banquillo de penal 1. Se trata de un residente en Betanzos, al que la Audiencia Provincial culpó por el intento de violación de la que fue víctima la denunciante en abril de 2007, un año y tres meses después del episodio por el que ayer ambos prestaron declaración judicial.
La denunciante asegura que se habían visto antes y que el joven ya la había molestado con anterioridad a ambos hechos, cuando coincidían en el autobús y él se sentaba tras ella y le decía “groserías” y ofrecimientos sexuales. El día que se cruzaron en el paseo de O Temple, el joven volvió a dedicarle, según la joven, comentarios obscenos, que pasaron a mayores cuando ella se le encaró. En su versión de los hechos, su conocido forcejeó con ella hasta tirarla al suelo, le arañó la cara y le dio un par de patadas, antes de arrancarle del cuello la cadena de plata que llevaba. “Me dijo, ‘bueno, ya que no puedo hacerte nada, me llevo esto para mis vicios’”, rememoró la denunciante.

Contradicción > Aunque la joven relató ayer esta versión d e los hechos de forma contundente, no fue eso lo que contó cuando la Policía Local de Cambre acudió en su ayuda. En aquel momento, habló de que el robo y la agresión había sido cosa de “dos gitanos”, una divergencia que a ojos de la defensa del acusado –que ejerce el penalista Diego Reboredo, del despacho de José Ramón Sierra– es solo una de las muchas contradicciones que se pueden apreciar en sus sucesivas declaraciones.
Como subrayó ante la jueza el letrado, no fue hasta un año y tres meses después, justo después de la agresión sexual, cuando la víctima atribuyó al ahora acusado ambos ataques, el ocurrido en Betanzos en abril de 2007 y el que ayer fue objeto de juicio. Preguntada al respecto, la chica aseguró ayer que si no había revelado la verdadera identidad de su atacante había sido “por miedo”: “Cometí un error, callé la boca, pero confesé”.
Para la defensa, este es uno de los indicios que ponen en duda su credibilidad, y en esta misma idea llevó ayer a declarar como testigo al exnovio de la denunciante –conocido de Betanzos del acusado–, que la tachó de “mentirosa” y contó que rompió la relación con ella tras la supuesta agresión sexual, al descubrir que lo engañaba.
De hecho, el abogado ha recurrido ante el Constitucional la sentencia por la agresión sexual, al entender que fue injusta.


 

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