La primera alerta naranja del año concluye sin incidentes graves

Después de que las fiestas estuvieran marcadas por la calma meteorológica, ayer la ciudad volvió a vivir una alerta naranja, aunque esta vez se limitó al mar, y apenas fue percibida por los coruñeses que no tuvieron que acercarse al litoral. A las tres de la tarde, las olas llegaron a lamer la base del Paseo Marítimo a la altura de Riazor pero no constituyeron una amenaza en ningún momento, según confirmaron los servicios de emergencia.

Hay que tener en cuenta que la duna que normalmente protege esta parte del Paseo Marítimo está muy erosionada después de los últimos temporales del año pasado, así que apenas encontró obstáculos a su paso. De todos modos, las mismas fuentes inciden en que la marea era bastante débil, con una diferencia de 1,4 metros entre la pleamar y la bajamar, lo que también contribuyó a hacer que la jornada de ayer fuera tranquila.

Durante el día de hoy

Por otro lado, el tiempo acompañó: aunque los cielos volvieron a descargar lluvia durante el mediodía, no sopló viento fuerte en ningún momento, lo que evitó que las olas cobraran fuerza. De todos modos, la alerta naranja continúa hoy hasta las tres de la tarde, si todo va como está previsto, y dado que la próxima pleamar se registrará a las cuatro de la tarde, se puede decir que el peligro ha pasado.

“No tenemos mareas importantes, así que no hay peligro”, reconocen los servicios de emergencias. Pero eso no quiere decir que ya no queden por delante más alertas. Todavía quedan por delante mucha temporada de borrascas y los servicios de emergencia esperan aún alertas duras que obligarán a cerrar el Paseo Marítimo, cosa que no fue necesario hacer ayer.

Es muy probable que la Concejalía de Medio Ambiente ordene levantar de nuevo la doble duna de Riazor, algo que ya ha hecho dos veces desde que comenzó la temporada.