La presión vecinal obliga a Ferreiro a rectificar el diseño de la calle Río

La presión vecinal obliga a Ferreiro  a rectificar el diseño de la calle Río
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El alcalde, Xulio Ferreiro, tuvo que prometer ayer ante los vecinos de San Pedro de Visma reunidos en el centro cívico que rectificaría la obra de la calle Río, que conecta este núcleo periférico con la ronda de Outeiro. Tras numerosas intervenciones vecinales reprochando que se hiciera de un único sentido en vez de doble, en un barrio que destaca por sus malas conexiones, Ferreiro tuvo que dar su brazo a torcer y reconocer que la obra no había dejado satisfecho a ninguno de los vecinos. “Quedounos claro que hai que darlle unha volta”, reconoció.
El regidor prometió que el concejal de Movilidad Sostenible, Daniel Díaz Grandío, se reuniría con los vecinos la semana que viene. Será una reunión “monográfica” (como la calificó el alcalde) para buscar una solución que deje satisfecho a los vecinos: “Sexa con beirarrúas, con beirarrúas, con dirección única ou doble dirección”. 
El problema que salió a la luz en el “Dillo ti” estriba en que la Concejalía de Movilidad diseñó la reforma de la calle como una plataforma única, con suficiente espacio para que se convirtiera en un recorrido peatonal. Se trata de una obra que se encuadra dentro de la filosofía del Gobierno local del transporte sostenible, tratando de poner en segundo lugar el vehículo privado. Pero a la hora de tomar esta decisión, el concejal del área, Daniel Díaz Grandío, no tuvo en cuenta dos puntos que molestaron profundamente a los vecinos: la falta de conexiones que padece el barrio y el hecho de que los peatones no utilizan la calle Río. La razón es que en esta zona periférica de la ciudad abundan los solares sin edificar, campos que se pueden atravesar por caminos de tierra. 
Si quieren bajar hasta la ronda de Outeiro, acortan hacia la rotonda del Pavo Real. Los escolares que van al centro del barrio, también recorren un sendero de tierra. “Que por cierto –criticó una madre– habéis puesto unas piedras para que no pasen los coches y están tan juntas que tampoco se puede pasar con un cochecito”. Pero además, los que acuden en coche tienen que regresar dar un rodeo de veinte minutos.
Campaña de firmas 
No es la primera vez que los vecinos ponen de manifiesto su rechazo a la reorganización de la calle Río. De hecho, habían celebrado una recogida de firmas cuando se realizó la reforma, pero la acción vecinal cayó en saco roto hasta ayer, cuando el alcalde pudo comprobar de primera mano el descontento de los residentes. “Está clarísimo –reconoció–o 20% das intervencións dos veciños foron sobre a rúa Río”.
Por su parte, el edil de Movilidad defendió la decisión que se tomó hace más de dos años. “Foi tomada con criterio que semella non estar respaldada por todos os veciños”. Era una vía nueva con una calzada única que anima a ser transitada de otra forma, caminando: el objetivo era que la gente que va caminando al colegio con los niños por una zona lo más seguro posible. “Pero chegado a este punto, eu ofrezo volver a achegarme aquí cos técnicos e valorar esta decisión”, dijo.

La presión vecinal obliga a Ferreiro a rectificar el diseño de la calle Río

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