El Pote cierra su último establecimiento en la ciudad por el fin de la renta antigua

El conocido establecimiento El Pote de la plaza de Pontevedra liquida mercancía. Pero no se deshace solo de algunos productos con motivo de las rebajas, sino que ha bajado el precio de todo lo que hay en la tienda porque el próximo 31 de enero echará el cierre y se despedirá de la ciudad. La falta de acuerdo para pactar la nueva factura del alquiler tras el fin de la renta antigua está detrás de una desaparición tan inesperada.
El pasado lunes los responsables del grupo El Pote colgaron los carteles de “liquidación total” en los escaparates de este céntrico negocio, que ya es todo un símbolo de la historia comercial de A Coruña. “Este local no es nuestro y, en virtud de la ley de la renta antigua, el nuevo alquiler que nos ponen es inviable”, explica la gerente de la tienda, Maite Conde, que pertenece a la tercera generación de la saga de comerciantes.
La representante del grupo reconoce que se intentó negociar un precio acorde a la realidad actual con el propietario del inmueble pero no hubo forma. “Marca un precio excesivo para como está el consumo y por eso cerramos”, aclara Conde. Eso sí, el pequeño centro comercial que aún poseen en Perillo continuará abierto.
Sin embargo, la marcha de la ciudad ha cogido por sorpresa a numerosos clientes de toda la vida y a los coruñeses que, aunque no consumiesen productos del establecimiento, se habían acostumbrado a verlo en su itinerario diario. La respuesta del público ha sido espectacular, pues este ha acudido en masa a aprovechar los descuentos de hasta el 40% en la mercancía.
Preguntada por la posibilidad de encontrar otro local para seguir con las ventas, la gerente asegura que se están “barajando opciones” y que a estas alturas no puede asegurar a ciencia cierta si se marcharán definitivamente o solo será un adiós temporal de la urbe.
Por si acaso, Conde afirma que todos los responsables están “muy agradecidos a los clientes que desde generaciones han confiado en El Pote”. Y es que en la ubicación actual su abuelo comenzó a crear el imperio en los años 30 y el bajo volvió a estar ocupado “sobre el año 2000, cuando se cerraron los almacenes de Juan Flórez”.
Esos que junto con Barros ejercieron como los primeros centros comerciales de la ciudad. “El que había en donde está en hotel lo levantaron mi padre y mi tío Andrés y Luis Conde”, recuerda la gerente, que reconoce que “da un poco de pena” despedirse de gente que lleva comprándoles toda la vida.