Porque ellas apenas se ponen la capa

Por el hecho de que el cine educa las emociones, la sociedad tiene que ser más crítica con los guiones de las películas cuando la mayoría de ellas padecen el primer síntoma machista en el mismo momento en el que el papel principal es asignado a un hombre. La crítica y ensayista, Pilar Aguilar, entablaba ayer una conversación en el CGAI con Chelo Loureiro, responsable de CIMA, donde salían a la palestra títulos tan conocidos como la saga de “Crepúsculo”, donde la protagonista acepta que su vampiro haya matado a gente y sea un depredador simplemente porque le ama.
Y resulta que el espectador traga con todo. Está acostumbrado a que ella solo salga en escena en momentos puntuales. Cuando el protagonista se relaja y el largometraje pide beso. La analista señalaba que la butaca no debería ser impasible ante todo lo que le echen y animaba a denunciar este tipo de contenidos que disfrazan a la mujer como un ser débil, que necesita la ayuda de un chico para sobrevivir en el mundo.
Aguilar recordaba que de las secundarias que aparecían en la década de los ochenta y noventa, y que se dedicaban –la mayoría– a la prostitución o a hacer striptease a la filmografía actual, apenas hay diferencias. Los perfiles femeninos caen por su propio peso porque si Edward de “Crepúsculo” tiene infinidad de carreras, Bella es una ignorante y la escasa preparación de los personajes con falda se repite una y otra vez hasta el punto de que responden a clichés irreales cuando en la Universidad juegan con ventaja.
Esto, explica la experta, se da de igual forma, en el cine de animación, por ejemplo en la premiada “El bosque animado”, en la que el topo macho “Furi” salva del peligro a “Linda” en numerosas ocasiones y todos los árboles del bosque tienen una voz grave y masculina. Las pocas que aparecen, añade, tienen una personalidad frágil y se convierten en una especie de apéndice del que corta el bacalao.
Aguilar incidía en la importancia de revisar el material audiovisual porque los niños graban estas  pautas de comportamiento en su disco duro y llegan a clase y se encuentran con que ellas son tan o más fuerte que ellos. Además de la capacidad que tiene el cine de forjar una forma de ser. Comentaba Chelo Loureiro en el Día Internacional contra la Violencia de Género que “lo que te emociona es lo que te queda grabado y lo que te vale para comportarte en la vida”. Por eso, es tan importante destripar los contenidos y denunciar los títulos más sangrantes.

Estudio > Pilar Aguilar aprovechaba la ocasión para compartir un estudio realizado sobre las películas nacionales proyectadas entre 2000 y 2006, para detectar que en el 75% de las más vistas y que fueron dirigidas por hombres, las escenas de violencia estaban expuestas de una forma complaciente mientras que en el 100% de los casos en que las mujeres recurrieron a la agresión la plasmaron desde la perspectiva del rechazo. Esto se suma al 90% de varones protagonistas en una pantalla que no es espejo del mundo.
La autora de libros como “Género y cine en España” o “El sustrato cultural de la violencia de género” añadía que, además, de que los directores hacen que las melenas no brillen, cuando lo hacen varias no existe interacción entre ellas. Van por separado. Como si llevaran venda.