La Policía Nacional desaloja sin incidentes la casa okupa de Palavea

La Policía Nacional desaloja sin incidentes la casa okupa de Palavea
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El Centro Social Okupado (CSO) de Palavea pasó a ser de nuevo el antiguo internado de Santa Gema apenas una hora después de que la Policía Nacional irrumpiera en lo que fue durante tres años el epicentro del movimiento okupa en A Coruña. A las siete de la madrugada, el amplio despliegue policial, encabezado por un comando del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), cortó el candado que cerraba la verja principal y penetró en el enorme edificio para encontrárselo casi vacío. Solo estaba en su interior una mujer, que no opuso ninguna resistencia. Resultó ser Elisabeth Sanlés, la vecina de O Castrillón que había sido desalojada de su vivienda por esas mismas fuerzas policiales el 27 de noviembre del año pasado. 
Era una escena muy diferente a la del lunes de la semana pasada, cuando habían acudido a entregar el aviso de que había expirado el plazo para el desalojo voluntario del inmueble y que a partir de entonces se podría proceder al desalojo forzoso. Entonces los okupas habían organizado una protesta para denunciar su “desesperada situación”. Algunos se habían subido al tejado, donde ondearon banderas, mientras que otros cortaban el tráfico de la N-550. 
De hecho, ayer los policías antidisturbios temían que tuvieran que cortar la carretera que lleva a Alvedro, y que soportaba bastante tráfico ya a esa hora, puesto que la verja daba directamente a la vía, y en caso de resistencia de los okupas, los proyectiles podían ir a parar en la calle. Pero no fue necesario: dos furgones policiales entraron en el patio interior y allí esperaron a que se completara la inspección del edificio, en la que participaron también efectivos de los guías caninos y de la Guardia Civil. 

con el equipaje a cuestas
Sanlés fue identificada y tras una breve charla, en tono cordial, con los agentes, abandonó el lugar llevando consigo su equipaje. La mujer, que había sido desahuciada de su vivienda en O Castrillón por impago de alquiler había sido acogida por la comunidad okupa en un primer momento, para después trasladarse a Lugo, de donde regresó recientemente.
Al antiguo internado, antes convento de las Oblatas, acudieron representantes del dueño, que se encargaron de cerrar de nuevo la verja con cadenas, pero esta vez las suyas, antes de abandonar el recinto, que permaneció vigilado por las fuerzas de seguridad. Poco después acudieron algunos okupas para comprobar cuál era la situación del que había sido hasta ayer su centro social. Pero no se fueron sin ser identificados por la Policía Nacional. n

La Policía Nacional desaloja sin incidentes la casa okupa de Palavea

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