La Policía Local fija la línea roja del botellón en la calle de Entrejardines

La Policía Local fija la línea roja del botellón en la calle de Entrejardines
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El fin de semana pasado, el dispositivo de refuerzo de la Policía Local tuvo que disolver un botellón que se estaba celebrando en los jardines de Méndez Nüñez en la zona del hotel NH Atlántico. Según señalan fuentes policiales, no es la primera vez que ocurre algo semejante: los huéspedes del hotel sufren frecuentes molestias derivadas de los ruidos que genera el botellón, de manera que los policías están tratando de evitar que la fiesta no traspase la calle de Entrejardines. Así, quedaría confinada en el la parte de los jardines donde no hay nadie al que molestar.
El fenómeno del botellón lleva años languideciendo en la zona verde más céntrica de la ciudad, a donde siguen acudiendo los jóvenes provistos de sus bolsas de plástico llenas de alcohol. Cada mañana de fin de semana, el servicio de limpieza municipal recoge kilos y kilos de basura, desde cascos de botellas a vasos de plástico, pero todo transcurre con relativa tranquilidad. “Ya no es lo que había antes”, asegura un policía.
Ni siquiera la apertura de nuevos locales cercanos ha servido para agitar el botellón. El número de peleas u otros sucesos, aseguran las autoridades, es bajo. La mayor parte de los incidentes violentos que tienen que ver con el ocio nocturno no tienen lugar en los jardines de Méndez Núñez, sino en la calle del Orzán y alrededores, más avanzada la noche. Hace tiempo que la Policía no registra en el parque ninguna intervención grave.

quejas
A pesar de ello, se mantiene un dispositivo permanente de refuerzo en el botellón, por eso los agentes destinados allí han podido constatar cómo la fiesta callejera tiende a desplazarse hacia el centro, de ahí que se esfuercen para mantener una línea roja en Entrejardines. “Suelen sentarse en los bancos cerca del NH Atlántico o en el palco de la música, sobre todo cuando el tiempo es malo y amenaza lluvia, pero comienzan a hacer ruido y entonces comienzan las quejas”, explican los agentes.
La ventaja que tiene para las autoridades confinarles en un espacio más o menos pequeño (los jóvenes prefieren los bancos que se encuentran en torno a la plaza central de los jardines, entre el monumento a Manuel Murguía y el de Emilia Pardo Bazán), es que resulta mucho más fácil controlarles.
Así se evita que se creen lo que denominan “microbotellones”, cuando los jóvenes se dispersan, alejándose del centro de la fiesta para buscar intimidad en pequeños grupos, esparciendo también ruido y otras incomodidades. Casi cualquier sitio es válido, basta con que esté a cubierto de la lluvia, o en los días secos, con que haya un lugar para sentarse. Y, por supuesto, alcohol.

La Policía Local fija la línea roja del botellón en la calle de Entrejardines

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