La Policía Local despliega un fuerte dispositivo para controlar el botellón

La Policía Local despliega un fuerte dispositivo para controlar el botellón
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La Policía Local hizo notar su presencia con fuerza en el botellón de Méndez Núñez con un dispositivo conformado por dos vehículos y cinco agentes que peinó la zona verde en busca de menores consumiendo alcohol pero en esta ocasión sin llegar a realizar cacheos de drogas y armas. 

Se trata del primer paso que se da para cumplir la promesa realizada por la alcaldesa, Inés Rey, de eliminar el botellón de esta zona verde protegida, que durante la última década se ha convertido en un santuario del exceso alcohólico y del gamberrismo ocasional. .

Quizá por eso la aparición de tanto agente cogió por sorpresa a los juerguistas, acostumbrados a campar a sus anchas hasta altas horas de la madrugada. La operación policial no trataba de expulsarles de allí, pero sí conseguir que se sintieran un poco menos cómodos, y de esta manera, disuadirles de acudir al botellón cada semana (los días de más asistencia son los jueves y los sábados).

El dispositivo de la Local no estuvo acompañado por la Unidad Adscrita de la Policía Nacional (Policía Autonómica), que tiene bajo su jurisdicción la venta y consumo de alcohol a menores pero que reducciones de personal han obligado en los últimos tiempos a disminuir su presencia en el evento alcohólico por excelencia de la ciudad.

Sucesos extraños
Los agentes estuvieron vigilando en los jardines de Méndez Núñez hasta que la celebración juvenil finalizó a altas horas de la madrugada. Durante ese tiempo levantaron diversas actas fruto del incumplimiento de ordenanzas municipales por parte de los jóvenes.

La presencia de la Policía Local junto a los jóvenes que consumían alcohol también deparó algunos sucesos extraños. Por ejemplo, una joven se lamentó por el motivo que le iba a provocar una sanción.

“¿Por ponerme un tampón me van a multar?”, se quejaba la joven, que entre lágrimas veía cómo sus amigas intentaban convencer a los miembros de la Policía Local de que no siguiesen adelante con la multa a la afectada.

En todo caso, la Policía Local espera que con repetidas intervenciones como la de la madrugada del sábado al domingo se allane el camino para cuando se prohiba definitivamente el botellón en Méndez Núñez, de manera que no requiera tanto esfuerzo expulsar a los jóvenes. 

El problema es que, técnicamente, y a pesar de las declaraciones públicas de la propia alcaldesa al respecto, beber alcohol en la vía pública en A Coruña no supone un delito.

La ley de protección de seguridad ciudadana de 2015 que señala que estará prohibido el consumo de bebidas alcohólicas “cuando perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana”. 

La cuestión es cómo el botellón de Méndez Núñez puede perturbar gravemente la tranquilidad cuando se encuentra lejos de cualquier vecino al que pueda molestar, de ahí que la Policía Local se vea obligada a limitarse a buscar menores entre los bebedores. 

En el Orzán 
Hasta ahora, la presión policial se había centrado en los afterhours de la zona del Orzán. así como en los bares de la calle de Vista, donde el público acostumbra a traer su propia bebida y reunirse en torno en la calle, lo que suscita al mismo tiempo las quejas de los hosteleros y las alabanzas de los vecinos que consideran que su derecho a descansar está en juego. 

De hecho, la presencia policial también se hizo notar bastante durante la madrugada en el entorno de la plaza de la Cormelana. Cuatro agentes de la Policía Local acudieron a esta zona de ocio nocturno y, entre otras actuaciones, se encargaron de asegurarse que todos los locales de esta plaza y las calles colindantes cumpliesen con el horario de cierre estipulado.

El incumplimiento de este aspecto es, precisamente, una de las quejas habituales de los vecinos de esta zona, que ven cómo en los últimos años los locales de hostelería ubicados en estas calles centran buena parte del ocio nocturno durante las noches de los fines de semana, jornadas que en muchas ocasiones se alargan más allá de lo permitido y que conllevan otros problemas como ruido o suciedad, motivos por los que han solicitado al Ayuntamiento actuaciones firmes.

Pero la mayor presión se hace contra los afterhours, los locales que abren a partir de la seis de la mañana para recoger a los noctámbulos, y en torno a los cuales muchas veces se generan los conflictos que molestan a los vecinos: hace dos semanas realizaron tres redadas en otros tantos días consecutivos. Ahora parece que le toca el turno al botellón de Méndez Núñez.

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