La Policía Local da la nota al quedarse sin silbatos

La Policía Local da la nota  al quedarse sin silbatos
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La electrónica se ha infiltrado en todas las profesiones y los viejos métodos se han abandonado a favor de los nuevos que, en general, no precisan más habilidad manual que la necesaria para pulsar un botón del teclado. Sin embargo, hay veces en que la electrónica falla o simplemente no es suficiente y hay que volver a hacer las cosas a la vieja usanza. Eso es lo que están haciendo ahora los agentes municipales destinados al dispositivo especial de tráfico de la avenida de Alférez Provisional que han tenido que controlar la circulación a mano por primera vez en mucho tiempo. Tanto, que muchos han olvidado dónde tenían el silbato y ha sido necesario que el cuerpo municipal encargue varias docenas más urgentemente. 
“Es que llevábamos mucho tiempo sin hacer esto”, explicaba ayer un policía. Ahora los cambios en el tráfico se regulan desde la sala de pantallas situada en la estación de autobuses, desde donde los agentes pueden controlar el tráfico de las principales vías de comunicación y cambiar la frecuencia de los semáforos. Pero la congestión que ha creado el cierre de la avenida de Alférez Provisional para la construcción del túnel de La Marina ha obligado a desplegar agentes sobre el terreno. Y en el caso de los más jóvenes, era la primera vez que tenían que dar un concierto de silbato ante el público que aguardaba expectante tras los volantes de sus coches. 
Y como ocurre cada vez que se da un concierto improvisado, los policías descubrieron que faltaban sus instrumentos: no es que no los encontraran en sus taquillas, es que en todo el cuartel de la Policía Local en Orillamar no había suficientes pitos para los agentes. En realidad, los más veteranos, los de la vieja escuela, los que recuerdan lo que era patrullar con frío y un material deficiente, sí llevan colgado de la prenda reglamentaria el silbato, como un símbolo de su oficio tan orgulloso o más que la placa. 
Porque el silbato no se usa solo para reordenar el tráfico. Aunque no tenga mucha variedad musical sí sirve para el toque de atención tan necesario para el ciudadano despistado como para alertar de algún delincuente en fuga. Los veteranos lo saben e incluso conservan con cariño algunos de estos instrumentos en sus hogares, pero las nuevas promociones ni siquiera lo echan en falta; de ahí que cuando se fue a buscar en el almacén de Orillamar los silbatos, se encontraron con que no quedaba ninguno.

dotación 
El de los pitos es probablemente del escándalo más embarazoso para la Concejalía de Seguridad Ciudadana desde aquel día, ya lejano, en el que el edil socialista Carlos González-Garcés dijo que los bomberos de A Coruña estaban muy bien dotados. Ahora será el 092 quien tendrá que aguantar bromas sobre la dotación policial. 
Afortunadamente, la circulación no se ha resentido demasiado por la falta de silbatos. El primer día, el tráfico en el centro de la ciudad se colapsó, pero poco a poco han conseguido redirigirlo al Paseo Marítimo, que se ha convertido en una vía rápida por el centro de la ciudad. Y en él, el silbato vuelve a recuperar protagonismo. Por lo menos, hasta que a alguien se le ocurra hacer una nueva aplicación de teléfono móvil que lo imite. n

La Policía Local da la nota al quedarse sin silbatos

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