La Policía cierra el Flash menos de dos meses después de su apertura

La Policía cierra el Flash menos de dos meses después de su apertura
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“Es un nuevo récord”, comentaron fuentes municipales. Y es que el Flash, un after-hours tristemente famoso por los conflictos de los que ha sido escenario, cerró esta semana sus puertas en el pub Paseo Marítimo por orden del Ayuntamiento. Solo hacía dos meses que había abierto en su nueva ubicación, en el Paseo Marítimo a la altura del Orzán, pero las irregularidades descubiertas por la Policía Local permitieron su clausura, que ya había sido solicitada por los vecinos.
En su antiguo emplazamiento, en el número 230 de la ronda de Outeiro, cerca de su intersección con la avenida de Finisterre, también se había ganado fama de conflictivo. Fue uno de los tres establecimientos que cerró la Concejalía de Urbanismo en octubre de 2012 junto con el Balsa y el kebab Abadía por incumplimiento de las ordenanzas municipales, aunque de lo que se quejaban los vecinos era de las peleas y el tráfico de drogas que tenían que soportar por la noche. El Flash es considerado como el de clientela más problemática, y el que de forma más flagrante infringía las ordenanzas puesto que funcionaba como un “afterhours”.
Y al  parecer su clientela la siguió hasta su nuevo emplazamiento, donde funcionaba con licencia de cervecería. Abría sus puertas a las seis y media de la mañana, de manera que mucho antes ya se formaba en la calle un corrillo de gente “poco recomendable”, esperando para poder entrar, puesto que la mayor parte de los locales de la zona de ocio nocturno del Orzán cierran pasadas las cuatro y media de la madrugada. La fiesta se prolongaba hasta pasado el mediodía durante los fines de semana, de manera que los clientes salían del Flash en un estado lamentable.

armas y drogas
Tras varias quejas por parte de los vecinos, la Policía Local se puso manos a la obra, y en las últimas semanas se hicieron varias redadas en el interior del establecimiento, con cacheos a los clientes. Como esperaban los agentes, muchos de ellos llevaban encima drogas o armas blancas, lo que les permitió tramitar cerca de dos docenas de multas por infringir la ley de Seguridad Ciudadana. Sin embargo, no resultaba tan fácil cerrar el local, como era el deseo de los vecinos, que se quejaban de las molestias provocadas por el fuerte volumen de la música.
Fue necesario enviar agentes de paisano para descubrir que la cervecería contaba con un sistema musical disimulado que apagaban en cuanto el coche patrulla de la Policía Local hacía acto de presencia. Además, las mediciones realizadas in situ por los agentes permitieron comprobar que el nivel de volumen excedía lo permitido. Todo lo cual permitió cerrar el conflictivo local y permitió respirar a los agobiados vecinos por primera vez en semanas.

La Policía cierra el Flash menos de dos meses después de su apertura

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